Estamos sentados frente a unas casas abandonadas, de piedra,
sin techo, nuestra suite de hoy, en el Parque Nacional Eduardo Abaroa, frente a
la Laguna Blanca comentando lo seca que tenemos la piel y recordando nuestro
paso por Bolivia. Son nuestras últimas horas en este país: mañana en la mañana
cruzamos la frontera, y por primera vez en estos 19 días estamos disfrutando de
unas horitas al sol. Sí, nos ha hecho sol, pero poco nos ha calentado.
A lo mejor uno de los días en los que también lo pudimos disfrutar
fue aquel en el que llegamos a la Isla Inkawasi, en el centro del Salar de
Uyuni.
Cactuses "Cardón" en la isla Inkawasi del salar de Uyuni. El/la que se sienta identificad@ con esta foto que reciba muchos cariños. |
Ver por primera vez la gran masa de sal resulta
impresionante. Al igual que recorrer los metros de inicio sobre nuestras
bicicletas en esa cosa se parece mucho al hielo del invierno en latitudes más
conocidas. Sin embargo, superado este primer reparo, pronto nos ponemos a
ciclar con los ojos cerrados, porque, total, nada cambia cuando un minuto más
tarde los volvemos a abrir.
Besos a los futuros papis: Foca y Sombra!! |
En el Salar resulta sorprendente la amplitud. Uno puede ver
su objetivo, en nuestro caso la isla, y tardar una eternidad en llegar hasta
ella. Al día siguiente cuando pedaleamos hacia la ciudad de Uyuni, vemos
“tierra firme” desde 60 kilómetros antes, pero tardamos en llegar.
Camino a Inkawasi, increíble recorrer el mar blanco sobre ruedas |
La amplitud también tiene esto: falta de privacidad... |
Y esta amplitud nos regala unas noches estrelladas nunca
antes vividas. Los astros llegan hasta el horizonte, cosa que en lugares con
cierta iluminación resulta imposible. Aquí, la única luz es la de una tremenda
luna llena que a las horas nos sorprende.
Nuestra tienda, las estrellas y los cactus... enormes... |
Cementerio de trenes de Uyuni |
A las jornadas de Uyuni, les precedieron unas cuantas etapas
largas de aproximación en el altiplano boliviano con poca variación para las
retinas, en las que incluso llegamos a vivir una tormenta de arena que más
tarde se convirtió en nieve y nos hizo sufrir bastante.
Flamenco en la laguna Hedionda. Sorprendente como este animal puede vivir desde las cálidas costas yucatecas hasta las gélidas altiplanicies bolivianas. |
Esa misma nieve sigue invadiendo algunos de los caminos del
Parque Eduardo Abaroa semana y media después. Acá apenas podemos apreciar el
grandioso paisaje debido al mal terreno que requiere de nosotros toda la
atención. Las etapas son obligadamente cortas, con muchos momentos de
desesperación y necesidad de echar pie a tierra y empujar debido a la arena,
calamina (en esta zona denominan así al producto que en España se llama Uralita
u Onduline y también a las olitas que se forman en las rodadas que tienen la
misma forma) y piedras.
En los momentos en los que es posible rodar, a uno le parece
estar en otro mundo, o al menos en unas condiciones mucho más duras a las
habituales. Varias son las características de ciclar por aquí: soledad, frío extremo, vientos duros, dificultades de abastecimiento de víveres y sobre todo
de agua. Pero, por otro lado, también es único el disfrute que proporcionan los
geyseres, volcanes, lagunas de diferentes colores, aguas termales y la fauna y
flora tan particular del lugar.
Resulta indescriptible cómo es la sensación a las 9 de la
mañana de tener ante los ojos un enorme valle árido, donde la tierra adquiere
colores que van desde el amarillo hasta el más intenso rojo-marrón. Nada se
escucha, excepto el viento entrando por entre quién sabe dónde de los guantes y
las zapatillas y dejando las manos y los pies como ¡¡auténticos témpanos!! Por
no hablar del moco colgante perpetuo…
Un sitio idílico más para almorzar, el "Arbol de Piedra". |
Geyser "Sol de Mañana". La tierra a fuego lento. |
Nuestra noche en la laguna Chalvirí. Sin ácidos... |
Y antes de dormir, ¿porqué no un bañito? |
Las bajas temperaturas que en estas épocas del año se viven
por estos lares (;)) hacen que modifiquemos un poco nuestra rutina diaria. Es
imposible comenzar pronto la pedaleada ya que amanecemos con la tienda, los
sacos, el agua y todo lo demás congelado. Debemos esperar a que el sol brille
con suficiente fuerza como para guardar nuestras pertenencias mínimamente secas
y cocinarnos un desayuno digno.
Muy diferente fue nuestra entrada en el país: comenzamos
rodando junto al lago Titicaca, rodeados de unos paisajes verdes, con agua a
ambos lados. Garbi hizo un esfuerzo y se bañó en el lago más alto del mundo
tras cinco días sin probar el agua.
Baño de altura: 3.800 m.s.n.m. La verdad, no sabemos la diferencia entre lago y laguna porque estos días nos bañamos en lagunas a más de 4.400. |
Pronto la carretera se vuelve monótona y los pueblos por los
que pasa bastante parecidos. Nos llevamos gratas sorpresas en lugares como
Challapata, donde nos habían comentado que estaba el padre Jacinto: un joven
párroco polaco amigo de los ciclistas. Al llegar, el pueblo está de mercado. Subimos
entre los puestos y con gran dificultad hasta la iglesia y entre gente
indígena, se nos acerca un güero (blanco), alto, con un ojo azul y otro verde,
preguntando mientras nos da la mano: “¿A quién estaban buscando?”. Nuestra
respuesta no podría ser otra: “¡Creemos que a ti!” Nos regala la hospitalidad
que buscábamos, y descansamos durante dos días para emprender rumbo al Salar de
Uyuni y al Parque de Abaroa, lugares, como ya hemos comentado, con duras
condiciones para el tipo de viaje que estamos queriendo realizar (en bicicleta,
sin uso de hostales ni restaurantes...)
Y a lo mejor esto último nos ofrece un buen pretexto para
hablar de un tema que nos ha rondado bastante por la cabeza en Bolivia: el de
las experiencias únicas. Nos encontramos con otros viajeros que emiten
opiniones muy diferentes a la nuestra sobre los países que recorren y sus
gentes. En Huaraz conocimos a unos chilenos que pensaban que los bolivianos
eran evolutivamente diferentes a nosotros y en el Parque de Abaroa a unos
suecos a quienes los jeeps que los rebasaban a todas horas rápidamente les
habían regalado fruta y jugos, por lo que pensamos que tenían una grata imagen
de ellos. Tanto para los momentos hermosos y mágicos que vivimos como para los
que no lo son tanto, creemos que siempre debemos tener presente que se trata
tan solo de nuestra experiencia, nunca universal ni absoluta. Bolivia ha sido
para nosotros un nuevo regalo. Esperamos que otros corran nuestra misma o parecida
suerte y se queden con lo mejor del país.
Y tras Bolivia, llegamos a la frontera con Argentina y
Chile:
-¿Para dónde seguimos?
Eso… será otra historia!!
DEUTSCH
Bolivien
Wir sitzen vor einigen verlassenen Häusern aus Stein, ohne Dächer, unsere Unterkunft für die Nacht im Nationalpark Eduardo Abaroa. Vor uns liegt die Lagune Blanca. Wir reden über unsere Wochen in Bolivien. In ein paar Stunden, morgen, werden wir die Grenze überqueren. Zum ersten Mal seit 19 Tagen können wir einige Stunden die Sonne genießen. Es gab schon sonnige Tage aber warm waren sie nicht. Vielleicht war der einzige warme Tag, der an dem wir die Insel Inkawasi, in der Mitte des Salzsees von Uyuni, erreichten.
Foto 1: Die Kakteen „Cordón“ auf der Insel Inkawasi im Salzsee von Uyuni.
Der erste Anblick dieser riesigen Salzmasse ist beeindruckend. Genauso wie die ersten Kilometer, die wir mit den Fahrrädern auf der Salzoberfläche zurücklegen. Es scheint Eis zu sein, so wie man es im Winter manchmal im Baskenland sehen kann. Aber nach kurzer Zeit können wir fast mit geschlossenen Augen radfahren, denn die Landschaft ändert sich nicht.
Foto 2: Wir umarmen die zukünftigen Eltern Foca und Sombra.
Auf dem Salzsee erstaunt die Weite. Man sieht einen Punkt in der Ferne, wie wir die Insel, und es dauert viel länger als erwartet, sie zu erreichen. Am zweiten Tag fahren wir der Stadt Uyuni entgegen. Sie wird sichtbar in 60km Entfernung, aber es dauert seine Zeit, ehe sie direkt vor uns liegt.
Foto 3: In Richtung Inkawasi, es ist ein besonderes Gefühl, das „weiße Meer“ mit dem Fahrrad zu befahren.
Foto 4: Die Weite beschert paradoxerweise keine Privatsphäre.
Und diese Weite schenkt uns Sternen reiche Nächte, die wir vorher nicht gesehen haben. Die Sterne reichen bis zum Horizont, was man unmöglich beobachten kann in Gegenden wo es elektrische Beleuchtung gibt. Hier ist das einzige Licht der riesige Vollmond.
Foto 5: Unser Zelt, die Sterne und die Kakteen … riesig.
Foto 6: Friedhof für Eisenbahnen in Uyuni.
Ehe wir in Uyuni ankommen, brauchen wir einige Tage, um das Altiplano Boliviens zu erreichen. Die Etappen sind lang und landschaftlich immer gleich. Wir kommen in einen Sandsturm, der später in Schnee übergeht und uns ziemlich zu schaffen macht.
Foto 7: Flamingo in der Lagune Hedionda. Es ist erstaunlich, daß diese Tiere sowohl an der warmen Küste von Yukatan leben wie auch hier auf dem eisigen Altiplano Boliviens.
Der Schnee begleitet uns noch anderthalb Wochen auf den Straßen des Nationalparks Eduardo Abaroa. Hier können wir die überwältigende Landschaft kaum genießen, denn die schlechten Straßen verlangen unsere ganze Aufmerksamkeit. Unsere Etappen sind nötigerweise kurz und es gibt häufige Momente der Verzweiflung sowie die Notwendigkeit, unsere Räder zu schieben wegen des Sandes, der Calamine und der Steine. Man nennt die Sandwellen, die sich auf den Straßen bilden, auchCalamine.
Wenn wir auf den Rädern fahren können, glauben wir in einer anderen Welt zu sein, denn die Zustände machen uns das Fahren bedeutend schwieriger als sonst. Hier sind wir konfrontiert mit der Einsamkeit, der großen Kälte, den starken Winden, den Schwierigkeiten Lebensmittel kaufen zu können und vor allen Dingen mit der Knappheit des Wassers. Aber auf der anderen Seite ist die Möglichkeit die Geysir, die Vulkane, die vielfarbigen Lagunen, das Thermalwasser sowie die Flora und Fauna zu genießen einzigartig.
Es ist ein besonderes Gefühl um 9 Uhr morgens ein riesiges, trockenes Tal vor Augen zu haben, in dem die Erde Farben hat, die vom Gelb bis zum tiefen Rotbraun gehen. Man hört nichts abgesehen vom Wind, der sich seinen Weg sucht und unsere Hände und Füße z Eis werden läßt. Abgesehen vom Schleim, der uns dauernd aus der Nase läuft.
Foto 8: Ein romantischer Ort zum Essen, der „Baum aus Stein“ (árbol de la piedra).
Foto 9: Geysir „Morgensonne“
Foto 10: Und vor dem Schlafengehen, ein Bad gefällig?
Die niedrigen Temperaturen, die man in dieser Jahreszeit in dieser Gegend aushalten muß, ist der Grund unseres Wechsels der Routine. Wir können nicht früh die Radtour beginnen, denn am Morgen sind Zelt, Schlafsäcke, Wasser und alles andere gefroren. Wir müssen warten, bis die Sonne Zeit hat zum Trocknen der Sachen und bis wir uns das verdiente Frühstück zubereitet haben.
Wie anders waren doch unsere ersten Tage in Bolivien, als wir den Titicacasee bereisten. Die Landschaft war grün und wir fanden Trinkwasser auf beiden Ufern. Garbi überwand sich und badete im höchstgelegenen See der Welt nach fünf Tagen ohne Wasser.
Foto 11: Ein Bad auf 3.800m Höhe. Wir kennen den Unterschied zwischen See und Lagune nicht.
Bald ist die Fahrt eintönig und die Dörfer, durch die wir kommen, auch. Wir werden angenehm überrascht in Challapata, wo wir den jungen Pater Jacinto treffen, von dem wir gehört hatten, er wäre ein Freund der Radfahrer. Bei unserer Ankunft ist Markt im Dorf. Zwischen den Ständen steigen wir mit Schwierigkeiten hinauf zur Kirche. In Mitten der Indianer kommt uns ein „Güero“ (Weißer) entgegen, groß, mit einem blauen und einem grünen Auge. Er gibt uns die Hand und fragt: „Wen suchen Sie?“ Unsere Antwort kann nur sein: „Wir glauben, Sie.“ Er bietet uns die Gastfreundschaft an, die wir brauchen. Wir ruhen uns zwei Tage aus ehe wir in Richtung Salzsee von Uyuni und dem Nationalpark Eduardo Abaroa weiterfahren. Dort sind die Zustände bedeutend schwerer, vor allen Dingen weil wir nur mit dem Fahrrad reisen und auch nicht in Hotels schlafen wollen.
Letzteres gibt uns Anlaß darüber zu reden, was wir währen unserer Reise durch Bolivien oft diskutiert haben: das persönliche Erlebnis. Wir treffen andere Reisende, die andere Erfahrungen haben als wir in den verschiedenen Ländern und mit ihren Bewohnern. In Huaraz lernen wir einige Chilenen kennen, die der Meinung sind, die Bolivianer seien anders in ihrer Entwicklung als wir. Im Nationalpark treffen wir ein paar Schweden, die erzählen, von vorbeifahrenden Jeeps Obst und Säfte geschenkt bekommen zu haben. Wir glauben, sie haben eine bessere Meinung von den Boliviern als die Chilenen. Daher sind wir denken wir, sowohl bei angenehmen Augenblicke als auch bei nicht so erfreulichen, handelt es sich um persönliche Erfahrungen, die nicht unbedingt für andere Personen das gleiche bedeuten. Bolivien ist für uns ein erneutes Geschenk gewesen. Hoffentlich haben andere Reisende das gleiche oder das ähnliche Glück wie wir und erinnern sich vor allen Dingen an die positiven Erlebnisse.
Foto 12: Und nach Bolivien erreichen wir die Grenzen nach Argentinien und Chile.
Wohin treibt es uns?
Das werden wir sehen!
Wow, hermosas imágenes, toda mi admiración para ustedes y esa capacidad de adaptación ante el terreno, el clima y demás características de los diversos lugares donde se encuentran, seguimos pendientes, un fuerte abrazo y sigan disfrutando
ResponderEliminarAlejandrina
Ale Ale Ale Ale!!!
EliminarEstamos ya por Argentina intentando bajar de cota porque ya llevamos alrededor de mes y medio por encima de 3.500 y pedaleando todos los días con pantalones largos, Hoy es el primero con cortos de nuevo, un gusto...
Recibe un abrazako de la incombustible Garbi y de un servilleta!!
Garbiñeeee!!!que envidiaaaa me dais, pedazo aventura que os estais cascando, después de esta no vais a querer bajaros devla bicicleta nunca maiss!!! Yo estuve en bolivia, en el salar, que recuerdos...cuanto tiempo llevais ya??? Un abrazo a los 2. Ganeko.
ResponderEliminarGaneko!!! Que bueno tener noticias tuyas, y saber que a ti también te llegan noticias nuestras! Cuanto tiempo te refieres a tiempo en el salar o de viaje? En el Salar pasamos dos días, de viaje llevamos ya casi 9 meses!! todo un embarazo!! jajaja!
ResponderEliminarProbablemente nos busquemos un curro en el que tengamos que laborar en bicicleta!! jejeje
Abrazakos de parte de los dos!!
Como cada vez que les leo, pero de manera diferente, me sigo admirando y emocionando de las cosas que ven, sienten y hacen!.... Pensaba en lo rápido y "sencillo" que es para mí leer que han estado a más de 3,500 msnm, y con tempraturas muuuy frías... cuando para ustedes vaya que ha de estar siendo todo un reto... Y no por ello decae su espíritu y ánimo de seguir maravillándose =).
ResponderEliminarCoincido con "lo único de cada experiencia"... aun cuando se traten de los mismos lugares! Pero a pesar de ello, agradezco y me siento muy bendecido (una vez más), de poder ir teniendo una probatida de esos lugares gracias a ustedes y a sus "mulas" ;) =).
Seguimos leyéndoles, y por favor, sigan disfrutando, descansando, conversando y cuidándose!!! (me salió lo Yuca jejeje).
Les queremos muuuuuucho!! Y no sé cuando será que nos veremos, pero sé que ya falta menos =) jejeje
Besos!!
Sergio y Mark
Pues nosotros esperamos que sea pronto! A ver si van programando su luna de miel en Euskadi! Besotes a los dos desde LaArgentinaCheBoludo y muchos cariños como aquí se dice!!!
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