Seguimos recorriendo Nicaragua, ahora por lugares mejor
asfaltados y conocidos. Los bomberos voluntarios de Masaya nos permiten dormir
en sus instalaciones desde donde vemos a jóvenes y niños inhalar pegamento. Nos
llama la atención la manera tan pública en que lo hacen. Nuestros anfitriones
nos explican que hay una asociación que les brinda alimento y ropa y que ellos
después vuelven a esta esquina a colocarse.
Casa del Frente Sandinista de Liberación Nacional de la ciudad de Masaya. Lo que viene siendo la "herriko", el "batxoki"... |
También en Granada nos rodean más
de 10 chavales y chavalas con su bote de pegamento en la mano, sobaco o
camiseta. Es cuando nos ponemos a cocinar nuestra cena junto con Tanja y
Menno, ciclistas de Alemania y Holanda respectivamente, en el parque central,
por insistencia del último. Pasamos un incómodo momento por el revuelo que estamos
generando, mismo que se disipa gracias al comienzo de la “gritería de la
Inmaculada Concepción de María”, fiesta nacional.
Junto con Menno y Tanja en la frontera Nica-Tica. |
En Granada nos quedamos dos noches descansando y reparando
nuestros corceles. Una vez más la suerte nos sonríe enormemente y las bicicletas
son dejadas como nuevas por tres cuates muy amables que trabajan en un
puestecillo de la calle.
Arquitectura granadina, de todos los tipos... |
Erik sigue platicando y aprendiendo con ellos. Nos
recomiendan probar el vigorón: comida típica nicaragüense a base de yuca,
chicharrón y col. Tras su ingesta nos sentimos completamente recuperados,
vigorizados y listos para seguir
ciclando hacia Rivas con ráfagas de viento que hacen algo peligroso el camino,
en parte debido a que son interrumpidas o modificadas por los grandes trailers
que nos rebasan cerquita.
Vigorón: la alubiada Nica |
A pesar de ello, como llegamos pronto al destino, decidimos
acercarnos hasta el lago Nicaragua para bañarnos en sus aguas dulces pero
llenas de olas. Resulta una experiencia desconocida jugar saltando o sumergirse
en las olas que no devuelven salinidad alguna. También aprovechamos para
comernos otra papayota entera, más grande y sabrosa que las que conocíamos de
Mérida, comprada directamente a quienes las cultivan en su terreno.
Nos sentimos felices con los contactos que hemos tenido con
las gentes aquí y en todo el viaje hasta la fecha. Una asidua lectora de
nuestro blog nos proponía hace unos días que habláramos más de esta parte; que
relatáramos sobre nuestras interacciones y encuentros con los lugareños. Pues
bien, no podemos decir más que cosas
positivas. Generalmente ciclamos desde las 6 de la mañana hasta las 2 o 3 de la
tarde. Intentamos buscar lugares comunitarios donde dormir seguros, es decir,
escuelas, Bomberos, Cruz Roja… A menudo, sobre todo alrededor de la
Panamericana, quienes nos acogen ya han recibido con anterioridad a
cicloviajeros, por lo que la interacción se limita bastante a aceptarnos como
huéspedes por una noche, indicarnos donde podemos ir al baño y agarrar agua
dulce para lavarnos o ducharnos (todo un lujo) e intercambiar unas cuantas
frases sobre nuestra ruta.
Sin embargo, siempre hay sorpresivas acogidas en
las que compartimos un café, la cena o incluso ¡habitación! En todos los casos
pensamos que somos muy afortunados de recibir tanto. Es una conversación
recurrente durante las pedaleadas de si en Gernika o Gasteiz el recibimiento de
una pareja de cicloviajeros sería así. También nos decimos a menudo que no
queremos naturalizar esta generosidad desinteresada. Desde ahora y siempre
muchas gracias a quienes nos están facilitando, endulzando y enriqueciendo
tanto esta experiencia.Y en relación a este endulzamiento, enriquecimiento o incluso transformación durante el viaje, el día de ayer leímos en una entrada de Salva Rodríguez (http://unviajedecuento.weebly.com/), uno de nuestros "sensei"s, algo que nos pareció interesante compartir:
"Dejar Europa para el final de una vuelta al mundo trae con mucha claridad lo distinto que es hacer turismo y viajar.
Viajar es dialogar con quien piensa diferente, es hacer tuyas costumbres ajenas, es descubrir que la razón del 'otro' te hace pensar y cuestionarte, es dormir en el suelo, comer con las manos, hermanarse con el desconocido, es mancharse, transformarse, cambiar para siempre los ojos con los que ves la vida.
Viajar no es un seminario sobre piedras góticas o chismes aristocráticos del Renacimiento, eso es turismo. Viajar es exponer tu corazón, que sangre, que se enamore, que sufra, que llore, que ría, y que al regreso -'lo más tarde posible´- sea otro corazón. Hacer turismo es productivo, incrementas tus conocimientos, peor viajar está lejos de ese propósito, no es enriquecer tu discurso con vinos de la Alsacia para deslumbrar a los que se quedan en casa con tinto de verano. Viajar es muy al contrario, completamente improductivo, es perder todo lo que tenías al salir de casa: tu dinero, tu salud, tus miedos, tus prejuicios, tu tiempo, tu irrebatible idea del mundo..., es perderlo todo y volver a casa con las manos vacías. Viajar es transgredir la norma que nos fuerza a vivir en formación permanente, es disfrutar de la libertad, ser cigarra, ser egoista, es salirse de la rueda del hámster y aprender lo que no oferta ninguna universidad ni tiene cabida en tu curriculum vitae: humanizarse. El viajero pone al 'otro' en el primer lugar de su punto de vista..., mientras que el turista quiere que por favor se quite de en medio porque va a sacar una foto."
Y es que lo de salirse de la rueda del hámster a veces depara bonitas sorpresas...
Serenata Panajachel
ENGLISH
Farewell to Nicaragua
We are still traveling in Nicaragua, now in a better-known area and on paved
roads. The firemen from Masaya allow us to sleep in their rooms. We see
children and young people inhale glue. It amazes us that this is done so
publicly. People tell us that there is an organization which provides children
with food and clothing, but they always come back for inhalations.
Photo 1: The House of the Sandinists in Masaya, something like the
"Batxoki" in the Basque Country.
In Granada, we are surrounded by more than 10 children who have glue tins in
their hands or under their arms. We prepare dinner in the park for us, Tanja
from Germany and Menno from Holland. In the beginning we were not very
comfortable with being so exposed because of the attention we attract, but soon
we are left alone as a national festival begins.
Photo 2: With Menno and Tanja on the border with Costa Rica.
We stay two nights in Granada to rest and to bring our bikes in shape. Once
again we are lucky, because three nice mechanics who have a small workshop in
the street, do a good job with the bikes.
Photo 3: Architecture of Granada, with very different structures.
Erik has a long chat with the three mechanics. They advise us to try a typical
meal from Nicaragua (Yuca, fish, cabbage). After dinner we feel like new
persons and head towards Rivas in wind gusts that make driving a bit dangerous,
especially because big trucks pass very
near to us. Nevertheless, we reach our destination early and decide to drive to
Lake Nicaragua to bathe in the strong
waves of fresh water. It feels weird to jump through waves that do not contain
salt. We can also enjoy a large tasty papaya, which we buy directly from
farmers. It is better than those from Mérida.
We are happy about the contacts with the people of Nicaragua and in general
with all our acquaintances since departure. Someone who reads our blog
regularly, has a few days ago advised us to write more about these encounters.
So, we can only report positive news. Mostly we travel from 6 o'clock in the
morning to 2 or 3 o'clock in the afternoon. We try to stay in public
institutions for security reasons such as schools, fire departments or the Red
Cross. Most of the inhabitants are accustomed to cyclists, especially if the
place is on the Panamerikaner. The contact is often limited to questions and
answers about where the toilet and the water or even the shower are. However,
there are always surprises in our arrivals and we are invited to a coffee,
dinner or even a place to stay. We believe that we are very fortunate of so
much proven hospitality. We often talk about whether one would receive
occasional cyclists just as well in Gernika or Vitoria. In our opinion, this
generosity of the inhabitants should not be taken for granted and therefore at
this point to everybody by this way our sincere thanks for the welcome.
In relation to this enrichment and
change of our way of life we found yesterday a text written by Salvatore
Rodriguez (httd://unviajedecuento.weekly.com), one of our “sensei”, which seems
very interesting to us:
To leave Europe and go round the world, clearly
shows the difference between tourism and travel. Traveling is conversations
with people who think differently, means to understand foreign customs, is the
discovery that the existence of the "other" gives you questions, is
to sleep on the floor, to eat with your fingers, fraternize with a stranger,
getting dirty, change your outlook on life. Travel does not mean a conference,
or Gothic stones, or objects of aristocratic Renaissance, which is tourism.
Travel is to open your heart that bleeds, fall in love, suffering, crying,
laughing, and on your return – as late as possible – it has become a different
heart. Tourism is productive, it increases ones' knowledge, but travel is far
away from this intention, it does not mean to make speeches about the wines of
Alsace to astonished friends, who are at home. Traveling is quite contrary, it
is very unproductive, it is the loss of money, health, fears, prejudices, time
and the irrefutable idea of our world. All that you leave at home. You lose
everything and come back home empty-handed.. To travel means to fight against
the constant development, to save the freedom, to be selfish, to get off the
hamster wheel and to learn what no university teaches and which has no place in
any curriculum vitae: humanity. The traveler put the "other one"
before, while the tourist asks the "other one" to step aside so he could take a picture.
Sometimes it brings nice surprises when one leaves the hamster wheel.
DEUTSCH
Abschied von
Nicaragua
Wir sind weiter
unterwegs in Nicaragua, jetzt in einer besser bekannten Gegend und auf
asphaltierten Straßen. Die Feuerwehrleute aus Masaya erlauben uns, in ihren
Räumen zu schlafen. Wir sehen Kinder und Jugendliche Klebstoff inhalieren. Es
erstaunt uns, daß das so öffentlich geschieht. Uns wird erklärt, es gäbe eine Organisation, die den Kindern
Kleidung und Essen gibt, doch kommen sie immer wieder zurück zum Inhalieren.
Foto 1: Das Haus der
Sandinisten in Massaya, so etwas wie der „Batxoki“ im Baskenland.
Auch in Granada
werden wir von mehr als 10 Kindern umringt, die Klebstoffbüchsen in der Hand
haben oder unter dem Arm. Wir bereiten das Abendessen vor im Park für uns,
Tanja aus Deutschland und Menno aus Holland. Am Anfang ist uns nicht sehr wohl
dabei wegen der Aufmerksamkeit, die wir erregen, aber bald werden wir allein
gelassen, denn es beginnt ein Nationalfest.
Foto 2: Mit Menno und
Tanja an der Grenze nach Costa Rica.
Wir bleiben zwei
Nächte in Granada, um uns auszuruhen und unsere Räder in Schuß zu bringen.
Wiedereinmal haben wir Glück, denn drei nette Einheimische, die eine kleine
Werkstatt auf der Straße haben, überholen sie für uns.
Foto 3: Architektur
Granadas, mit sehr unterschiedlichen Bauten.
Erik unterhält sich
lange mit den drei Mechanikern. Sie raten uns, ein typisches, nicaraguensisches
Essen zu probieren (Yuca, Fisch, Kohl). Nachdem Essen fühlen wir uns wie
neugeboren und fahren in Richtung Rivas bei Windböen, die das Fahren ein bißchen
gefährlich machen, vor allen Dingen weil dicht an uns vorbei große Lastwagen
fahren. Trotzdem erreichen wir unser Ziel früh und entschließen uns, zum
Nicaragua See zu fahren, um uns im wellenstarken Süßwasser zu baden. Es fühlt
sich komisch an, durch Wellen zu springen, die kein Salz enthalten. Wir können
auch eine große wohlschmeckende Papaya genießen, die wir direkt vom Bauern
kaufen. Sie ist besser als die aus Mérida.
Wir sind glücklich
über die Kontakte mit den Einwohner von Nicaragua und im Allgemeinen mit all
unseren Bekanntschaften seit Reisebeginn. Jemand, der unseren Blog regelmäßig
liest, hat uns vor einigen Tagen geraten, mehr über diese Begegnungen zu
schreiben. Also, wir können nur Positives berichten. Meistens fahren wir von 6
Uhr morgens bis 14 Uhr oder 15 Uhr. Wir versuchen, in öffentliche Einrichtungen
zu übernachten aus Sicherheit wie z. B. Schulen, Feuerwehr oder Rotes Kreuz.
Meistens sind die Einwohner an Fahrradfahrer gewöhnt, vor allen Dingen wenn der
Ort an der Panamerikaner liegt. Der Kontakt beschränkt sich oft auf die Fragen
und Antworten über wo die Toilette und das Wasser oder sogar die Dusche ist.
Allerdings gibt es immer wieder Überraschungen bei unseren Ankünften und wir
werden zu einem Kaffee, einem Abendessen oder sogar zu einer Unterkunft
eingeladen. Wir glauben, daß wir uns glücklich schätzen können bei so viel
erwiesener Gastfreundschaft. Oft sprechen wir davon, ob man in Gernika oder
Vitoria gelegentliche Radfahrer ebenso empfangen würden. Unserer Meinung nach,
darf man diese Großzügigkeit der Menschen nicht als selbstverständlich
hinnehmen und darum an dieser Stelle allen Personen unser herzlichen Dank für die freundliche
Aufnahme.
In Bezug auf diese
Bereicherung und Änderung unserer Lebenseinstellung haben wir gestern bei Salva
Rodriguez (httd://unviajedecuento.weekly.com), einer unserer „sensei“, einen
Text gefunden, der uns interessant scheint:
Europa zu
verlassen, um die Welt zu umreisen, zeigt klar den Unterschied zwischen
Tourismus und Reisen. Reisen ist Gespräche führen mit Personen, die anders
denken, bedeutet fremde Bräuche zu verstehen, ist die Entdeckung, daß die
Existenz des „anderen“ einem Fragen bringt, heißt auf dem Boden zu schlafen,
mit den Fingern zu essen, sich mit einem Unbekannten zu verbrüdern, sich schmutzig
zu machen, sich zu verändern, die Veränderung der Lebensanschauung. Reisen
bedeutet keine Konferenz, oder gotische Steine, oder aristokratische
Gegenstände der Renaissance, das ist Tourismus. Reisen ist dein Herz offen zu
legen, das blutet, sich verliebt, leidet, weint, lacht und das bei der Rückkehr
– so spät wie möglich – ein anderes Herz geworden ist. Der Tourismus ist
produktiv, man vermehrt seine Kenntnisse, aber reisen ist weit entfernt von
dieser Intention, es bedeutet nicht Reden halten zu können über die Weine des
Elsaß, um Freunde zu erstaunen, die zu Hause sind. Reisen ist ganz im Gegenteil
sehr unproduktiv, ist der Verlust von Geld, Gesundheit, Ängsten,
Voreingenommenheiten, Zeit, die unumstößliche Idee unserer Welt. All das läßt
man zu Hause. Man verliert alles und kommt mit leeren Händen nach Hause zurück.
Reisen bedeutet gegen die ständige Entwicklung
kämpfen, die Freiheit auskosten, Egoist
sein, aus dem Rad des Hamsters
steigen und lernen, was keine
Universität lehrt und was in keinem Lebenslauf Platz hat: Humanität. Der
Reisende stellt den „anderen“ in den Vordergrund, während der Tourist darum
bittet, der „andere“ solle doch bitte zur Seite treten, damit er ein Foto
machen könne.
Das mit dem
Verlassen des Hamsterrades bringt manchmal nette Überraschungen.
Ya me dieron ganas de lanzarme para allá y cuanta verdad he sentido en las palabras de Salva, me dejaron pensando que todos podemos ser viajeros de vida, incluso en nuestro propio territorio sin tener que salir físicamente, así que aplicaré más seguido salirme de mi rueda al cabo que los cachetes de hamster ya me los cargo, un fuerte abrazo para los dos, los quiero mucho...
ResponderEliminarAlejandrina
No me había dado cuenta de que "Serenata Panajachel" era un video y, por eso, no lo he visto hasta ayer. Es muy divertido. Besos.
ResponderEliminarAmatxu