sábado, 20 de diciembre de 2014

Panamá, de cabo a… Portobelo.

Esta es la historia de dos individuos que tras arribar a lomos de sus metálicos corceles desde lejanas tierras a la frontera norpanameña, deciden atravesar este país en “toda” su extensión. Y ¿por qué en “toda”?, porque Panamá es un país en el que, se podría decir, se conoce tan solo la mitad de su territorio.
Como todos los cuento-aficionados saben, la frontera entre Panamá y Colombia es conocida como el Tapón de Darién. Un paso infranqueable por vía terrestre; por lo pantanoso del terreno, la frondosidad selvática y la inexistencia de vías de comunicación. Así fue que comenzó a llamársele Tapón. Debido a ello, el paso de Panamá a Colombia se realiza desde las ciudades de Panamá (en el lado Pacífico) y desde Colón o Portobelo (en el lado Caribe) por vía aérea o marítima.
Así, la mitad del territorio panameño (es decir desde el istmo entre Ciudad de Panamá y Colón hacia el este) resulta prácticamente desconocido. Allí habitan diferentes comunidades indígenas como los Kuna Yala o los Wargandí, de las que probablemente se hable en la siguiente entrega de este entretenido cuento.
Tras atravesar la frontera de Paso Canoas, en sus recién herradas mulas, junto con sus amigos André y Karla (BikesandSpices) cabalgaron hasta más allá de la ciudad de David, donde sus acompañantes jinetes decidieron abandonar la aventura panameña para enrolarse en un autobús que los llevara hasta la capital, para allí, buscar un medio de transporte que los cruzara al país vecino de Colombia. Esto es algo que muchos viajeros transamericanos deciden hacer; evitar cabalgar Panamá. Las razones pueden ser múltiples: prácticamente una única ruta (la Panamericana), la incomodidad de ésta por los muchos camiones que la circulan, el Darién, el alto coste del país, etcétera.
Pero no fue así con nuestros jinetes. Ellos, cual buenos vascos que son, decidieron cabalgar desde la frontera hasta Portobelo, lugar donde pretenderían encontrar un barco que cruzara el Tapón. Y en el camino, vivieron multitud de aventuras.
Pasaron su primera noche en una escuela donde pidieron posada tras la negativa de los bomberos. Erik venía unos días arrastrando una molestia en una de las uñas de su pie izquierdo. Primeramente pensó que se trataba de una uña mal cortada que se estaba incrustando en la carne. Después de varios días sin mejora, comenzó a pasársele por la cabeza una vieja historia que alguien años atrás le había contado sobre una infección en estos climas tropicales. Pensó en la posibilidad que fuera un gusano que se introduce en la piel humana a través del pié. Fue esta primera noche en el país del Canal, donde descubrió la verdad. Tras hurgar en la herida, nunca mejor dicho, comenzó a supurar ingente cantidad de pus y otras sustancias. Cuando parecía que ya había acabado la desinfección de la herida, y por tener detrás de la oreja la duda de si pudiera ser el animalito que recordaba, Erik prosiguió con la tarea de hurgar, esta vez haciendo uso de las herramientas para los corceles. Con el alicate en mano, dio por fin caza al pequeño gusanito y lo extrajo ¡de raíz!

Hoyo que quedó tras sacar al polizón

El cabrón al que cruzamos quién sabe desde donde (Costa Rica? Nicaragua?...) hasta Panamá

Felices por haber solucionado este contratiempo sin tener que acudir a un doctor y sin el consiguiente papeleo y burocracia del seguro, celebraron ambos individuos con una agradable cena, ducha y sueño bajo una bella noche estrellada. Todo sería perfecto, si no fuera porque volvieron (no fue la primera vez que les pasó) a despertarse una hora antes de lo planeado, por el cambio horario entre países. Por este motivo debieron de esperar a que amaneciera para emprender su segundo día de aventuras.
En adelante la ruta comenzó a ser calurosa, monótona, aburrida, y peligrosa por el tráfico. Se trataba de la #1, la Panamericana. 


Las bicis al arcén (hombro). Bueno igual hay algún cristalillo...

Es por ello, que a la primera ocasión decidieron agarrar la #5, paralela a la anterior y mucho más atractiva. Tras kilómetros recorridos en solitario, con sube-bajas, vistas de lo que no sabían era mar o manglar, llegaron a la aldea de Quebrada de Piedra, donde tras preguntar por posada recibieron la segunda negativa en dos días. Se trataba de la escuela con las mejores vistas que jamás se hayan soñado. No pudo ser y pernoctaron en la “casa comunal”, cochinero donde suelen celebrar las fiestas, pero donde nunca las recogen.

Nosotros no pedimos lujos, solemos dormir en escuelas...

Lo que más disfrutaron estos intrépidos jinetes en Panamá fue la posibilidad de comer fruta recién bajada del árbol: además de los consabidos cocos que Erik abría hábilmente con su machete a mitad de mañana, pudieron paladear exquisitas naranjas, ricos jugos de toronja y frescos guineos o plátanos, algunos de ellos regalados por conductores de bestias mayores a las suyas, al pasar a su lado.
Se encontraron con panameños que hicieron lo posible por no contestar a sus preguntas y otros curiosos por las gentes de los países anteriormente visitados; lugareños indígenas de zonas rurales y algunos que introducían palabras en inglés (pretty, light…) en cada una de sus frases; chinos hablando panameño y panameños orgullosos de sus infraestructuras, edificios, obras…
 Y esto se conecta muy bien con una preocupación que los acompañó durante su trayecto: ¿cómo debían cruzar, evitar o acechar Ciudad de Panamá? Su costumbre de preguntar a diferentes personas no les ayudó demasiado en esta ocasión, ya que las informaciones que recibían eran diferentes y contradictorias. Intentaron investigar sobre el tema en internet, gracias al programa gratuito de gobierno que permite el acceso a todos en muchos de los parques del país. Su mapa, muy poco correcto y desecho, tampoco pudo aclararles las ideas.


Nuestro segundo mapa del viaje

Con el recorrido que hemos seguido marcado en rojo

A medida que nuestros jinetes avanzaban hacia la ciudad, el tráfico iba en aumento. Tal es así, que finalmente se convirtió en un atasco (tranque) de varios carriles de ida. Los caballeros comentaron mientras avanzaban tranquilos en el arcén (hombro) lo felices que eran sin tener el estrés, debido a la necesidad de aguantar tal atasco un lunes a la mañana para ir al puesto de trabajo. Veían el arcén como el carril de los “no trabajadores” que pueden viajar tranquilos sin estrés y sin tráfico. Debido a la posibilidad de regresar a la capital en autobús desde Portobelo, decidieron atravesar el Canal por el puente de El Centenario, erigido 90 años después del Canal sobre este. Este puente no accede directamente a la ciudad sino que lo hace más al norte. Además posteriormente al puente, la carretera se convertiría en la “Autopista Forestal” una vía que atraviesa una zona selvática muy bella. Lamentablemente en pocos kilómetros vuelve a convertirse en el mismo tipo de autopista que todo cuento-aficionado conoce.


¿Autopista? ya podían ser todas así!

Nuestros intrépidos jinetes en esta etapa de un solo día consiguieron unir los océanos Pacífico y Atlántico, odisea que allá por el siglo XVI costó más de ochenta días atravesar a los primeros españoles que vieron el océano Pacífico.
Como colofón, los cabalgadores, abandonaron sus monturas, y visitaron la capital panameña y el Canal en medios de locomoción más rápidos (si cabe). La capital panameña, para aquellos que no se la imaginen, tiene un aspecto totalmente aManhatanado (de Manhatan).




Tremenda cantidad de rascacielos conforman su silueta, dejando la ciudad antigua totalmente sumergida entre gigantes. Por otro lado, el Canal supone el emblema, el orgullo nacional. Obra de ingeniería colosal que ha supuesto también, a sus ojos, un rasgo de identidad del ciudadano panameño. Si Costa Rica era medio ambiente y conservación, Panamá es ingeniería y construcción. Una de las consecuencias sociales de esta obra de ingeniería moderna es la mezcla de razas que existe en el país. En una ocasión, estando en Santiago de Panamá un hombre de padre español, madre jamaicana, abuelo polaco, abuela italiana y que él mismo se consideraba panameño fue quién les explicó como retomar su camino a nuestros cansados viajeros. 

En primer plano buque cruzando primeras esclusas, segundo plano otros dos barcos cruzando segundas esclusas y al fondo puente de El Centenario, por donde cruzaron los cabalgadores

Ahora, los caballistas, se encuentran en Portobelo, en el lado caribeño de Panamá. Su nombre lo dice todo. Un bello puerto en una cerrada bahía donde los españoles llegaron a tener más de 600 galeones en algún momento de la historia y la que tuvieron que defender duro frente a los piratas que acechaban un día si y otro también. Un lugar donde casi hay más cañones que habitantes!!


Batería de cañones en el fuerte de San Jerónimo. Al fondo Aduana Real, la que controlaba todo lo saqueado!

Desde aquí, nuestros aventureros se verán inmersos en nuevas odiseas, tal vez muy diferentes a todas las que vivieron hasta ahora. Pero eso lo sabrán en la próxima entrada.
Felices comidas familiares y vacaciones para quienes las tengan!!


ENGLISH



Panama from the beginning  to Portobelo

This is  the story of two people who arrive on their bikes  on the northern border of Panama, to pass through the country in its entire length. But Panama is a country of which you only know half because, as is well known, the border between Panama and Colombia is called "the barrier of Darien." There you can not cross because of the swampy area as well as the ​​dense jungle and therefore the lack of roads. Thus, the connections between the two countries are the ship or the aircraft. You leave the country, either from the airport of the capital, or from the ports of Colón or Portobelo, both on the Caribbean coast.
Therefore, almost half of the country is unknown to the visitors, more precisely the region between the capital and Colón to the east is not passable. Various Indian groups live there, like the Kuna Yala or the Wargandi, of whom we may still talk about.
After crossing the border at Paso Canoas we went on our recently reconditioned wheels with our friends André and Karla (Bike sand Spices) until past the town of David. There we left the friends, because they took the bus from David to Panama City where they were going to look for a way to travel to Colombia.  Many trans-American cyclists do that in order to avoid cycling through the country, because the roads due to the many trucks aredangerous and life is expensive because of the high prices. We wanted to give it a trial and get to Portobelo as befits true Basques / Germans. There we will seek a sailing ship which takes us to Colombia.  But before that, we have to tell some stories.
Our first night we slept in a school because the fire department did not want to accommodate us. For several days Erik had problems with the nail of the middle toe of the left foot. He thought it was due to bad cutting of the nail. But as the pain did not subside, he suddenly remembered having heard that sometimes a worm penetrates through the skin in tropical countries, mostly through the feet. On the first night in Panama, he began to open the skin under the toenail with a needle. It came out a lot of pus, but Erik continued and eventually he was able of carrying a worm to light.

Photo 1: hole after the removal of the worm.

Photo 2: The malefactor, who knows through how many countries I had brought it with me  (Costa Rica, Nicaragua …..)


Happy to have resolved this problem without any medical help, what would have meant plenty of writing to the assurance, we celebrated the success with a nice dinner and a shower. Then we slept under the starry sky. It would have been perfect if we had not been woken up again an hour earlier because of the different time in different countries. So we had to wait an hour before we could continue our journey.
We continued on the Nº1, the Panamerikaner, a hot, mountainous and monotonous route, which is also very dangerous because of the traffic.

Photo 3: We cannot risk to drive on the side strip, maybe we find one or two pieces of glass.

Therefore, we opted for the Nº5 as soon as it was possible. It runs parallel to Nº1 and is much more interesting. After many miles without meeting anyone, going up and down and having beautiful sights of which we did not know if it was the sea or mangroves, we reached the village Quebrada de Piedra. There, too, we got no help in finding a place to sleep. They would not let us sleep in the school, which had the best views you can dream of. But it should not be and we slept in a dirty community house, where parties were celebrated, but it apparently  was not cleaned.

Photo 4: We do not want luxury, usually we sleep in schools.


What we most enjoyed in Panama was the opportunity to eat fruit from the trees. Apart from coconuts, which Erik opened skillfully, we ate oranges, grapefruits as well as small and large  bananas. The latter were thrown for us by truck drivers when they passed.
We often met people who did not consider it necessary to respond to our questions. We came across Indians in the villages, some spoke Spanish with English words (pretty, light....) in almost every sentence, Chinese who spoke Panamanian and Panamanians who were proud of their economy, the architecture and the services. The closer we got to the capital, the more we asked ourselves of how we could avoid it. Asking people we met, helped little, because each one gave us a different information. Not even the Internet that you can use in almost all parks in Panama nor our street maps helped us to decide.

Photo 5: Our second trip map.

Photo 6: Our itinerary marked with red color.

As we approached the capital, the heavier got the traffic. Finally, the density ended in a traffic jam on several tracks. We are fortunate that we do not have to deal with such a jam every day on the way to work. The side strips we considered a way for the "non-workers" on which we were able to drive comfortably and without stress. Since there was a possibility to take a bus from Portobelo to Panama , we decided to cross the Channel on the bridge "El Centenario", which was built 90 years after the construction of the canal. We drove around the capital on the northern side. In addition, the road led through a beautiful forest area. Unfortunately, the enjoyment did not last long.

Photo 7: Highway? If all
roads were like this!


In one day we drove from the Atlantic to the Pacific, which Balboa and his men had taken 80 days in the XVI century. Later on we visited the capital,  Manhattan is very similar to their "Skyline". The old town is completely lost among the skyscrapers. The channel is the national pride. The construction in the beginning of the XX. century was a gigantic task.
Costa Rica seems to be the country of conservation and sustainability, while Panama is architecture and technology. A social consequence of this modern building mania is certainly the melting pot of races in the country. We met a man whom we asked for the direction. He told us that his father was Spanish and his mother Jamaican. His grandfather had been Polish and his grandmother Italian. He felt Panamanian.

Photo 8: Front: a ship sails through the lock.

             Middle: two ships sail through the second gate.

             Background: the bridge "El Centenario", which we cross.

We arrive in Portobelo, on the Caribbean coast of Panama. The city takes its name to justice (bello-beautiful). The port is located on a closed bay where the Spaniards from the XVI to the XVIII century anchored more than 600 galleons. They had to defend themselves against the fierce attacks of pirates. It almost seems that there are more guns than people.

Photo 9: guns in the fort "San Jeronimo". In the background the royal customs that controlled the stolen goods.

Now we are looking forward to new experiences that will have perhaps little to do with the ones lived so far.


DEUTSCH



Panama vom Anfang bis Portobelo

Dies ist die Geschichte von zwei Personen, die auf ihren Drahteseln über die Nordgrenze nach Panama einreisen, um das Land in seiner ganzen Länge zu durchfahren. Aber Panama ist ein Land, von dem man nur die Hälfte kennt, denn wie bekannt ist, wird die Grenze zwischen Panama und Kolumbien „die Barriere des Darien“ genannt. Man kann dort nicht über Land fahren wegen des sumpfigen Gebiets, des dichten Urwalds und daher der fehlenden Straßen. So sind die Verbindungsmöglichkeiten zwischen den beiden Ländern das Schiff oder das Flugzeug. Man verläßt das Land entweder vom Flughafen der Hauptstadt, oder von den Häfen Colón oder Portobelo, beide an der karibischen Küste gelegen.
Daher ist beinahe die Hälfte des Landes unbekannt für den Besucher, genauer gesagt, die Region zwischen der Hauptstadt und Colón in Richtung Osten ist nicht bereisbares Gebiet. Dort leben verschiedene Indianergruppen, wie z. B. die Kuna Yala oder die Wargandi, von denen wir vielleicht noch etwas erzählen werden.
Nach der Grenzüberschreitung in Paso Canoas fahren wir auf unseren kürzlich überholten Rädern mit unseren Freunden André und Karla (Bikesand Spices) bis hinter die Stadt David. Dort verliassen uns die Freunde, denn sie nehmen den Autobus von David bis Panama City wo sie eine Reisemöglichkeit nach Kolumbien suchen wollen. Das tun viele transamerikanische Radfahrer, um damit das Radfahren durch das Land zu vermeiden, weil die Strecke durch die vielen Lastwagen gefährlich ist und man unterwegs eine Menge Geld ausgeben muß, denn die Preise sind sehr hoch. Wir wollen es jedoch nicht so machen, sondern bis Portobelo kommen wie es sich für echte Basken/Deutsche gehört. Dort wollen wir eine Überfahrmöglichkeit mit einem Segelschiff suchen. Aber vorher gibt es noch einige Erlebnisse. Unsere erste Nacht schlafen wir in einer Schule, da die Feuerwehr uns nicht unterbringen wollen.
Erik hat schon seit einigen Tagen Probleme mit dem Fußnagel des mittleren linken Zehs. Er glaubt, es wäre auf das schlechte Schneiden des Nagels zurückzuführen. Doch da die Schmerzen nicht abklingen, fällt ihm plötzlich ein, er hat schon einmal gehört, daß in tropischen Ländern manchmal ein Wurm  durch die Haut in den Körper eindringt, meisten an den Füssen. In der ersten Nacht in Panama beginnt er an der Stelle mit einer Nadel einzudringen. Es kommt eine Menge Eiter hervor, aber Erik läßt sich nicht abschrecken und schließlich kann er einen Wurm ans Tageslicht befördern.

Foto 1: Loch nach der Entfernung des Wurms.

Foto 2: Der Übeltäter, den ich wer weiß durch wieviele Länder gebracht hatte (Costa Rica, Nicaragua …..)

Glücklich dieses Problem ohne jegliche medizinische Hilfe gelöst zu haben, was Schreibereien mit der Versicherung bedeutet hätte, feiern wir den Erfolg mit einem gemütlichen Abendessen und einer Dusche. Danach schlafen wir unter dem sternenbedeckten Himmel. Es wäre alles perfekt wenn wir nicht wieder eine Stunde früher wachgeworden wären wegen der unterschiedlichen Uhrzeit in den verschiedenen Ländern. So müssen wir die Stunde warten, ehe wir unsere Reise fortsetzen können.
Die Fahrt geht über die Nº1, die Panamerikaner, eine heiße, bergige und monotone Strecke, die außerdem auch noch gefährlich ist wegen des Verkehrs.

Foto 3: Wir können nicht auf dem Seitenstreifen fahren, vielleicht liegt dort der eine oder andere Glassplitter.

Daher entscheiden wir uns für die Nº5 sobald es möglich war. Sie verläuft parallel zur Nº1 und ist viel interessanter. Nach vielen Kilometern, ohne jemanden zu treffen und die hoch und runter gehen und uns Aussichten bescheren von denen wir nicht wußten ob es Meer oder Mangroven sind, erreichen wir das Dorf Quebrada de Piedra. Auch dort bekommen wir keine Hilfe bei der Suche nach einem Schlafplatz. Man will uns nicht in der Schule schlafen lassen, die die beste Aussicht hat, die man sich träumen kann. Aber es soll nicht sein und wir schlafen in einem schmutzigen Gemeindehaus, in dem man die Feste feiert, das aber nicht gesäubert wird.

Foto 4: Wir wollen keinen Luxus, normalerweise schlafen wir in Schulen.

Was wir am meisten genießen in Panama ist die Möglichkeit Obst von den Bäumen zu essen. Abgesehen von den Kokosnüssen, die Erik geschickt öffnet, können wir Apfelsinen, Pampelmusen sowie kleine und große Bananen essen. Letztere werden uns von Lastwagenfahrern zugeworfen, wenn sie an uns vorbeifahren.
Uns sind häufig Personen begegnet, die es nicht für nötig halten, auf unsere Fragen zu antworten. Wir treffen Indianer in den Dörfern, manche sprechen Spanisch mit englischen Wörtern (pretty, light....)in fast jedem Satz, Chinesen, die panamaisch sprechen und Panamaer, die stolz auf ihre Wirtschaft, die Architektur und die Dienstleistungen sind. Je näher wir der Hauptstadt kommen, um so mehr beschäftigt uns die Frage, wie wir sie vermeiden können. Personen zu fragen, denen wir begegnen, hilft uns wenig, denn jeder gibt uns eine andere Auskunft. Auch das Internet, daß man in fast allen Parkanlagen in Panama benutzen kann und unsere Straßenkarten helfen uns bei der Entscheidung.

Foto 5: Unsere zweite Reisekarte.

Foto 6: Unser Reiseverlauf mit rot markiert.

Je näher wir der Hauptstadt kamen, umso dichter wurde der Verkehr. Schließlich endet die Dichte in einem Stau auf mehreren Spuren. Wir schätzen uns glücklich, daß wir nicht täglich einen derartigen Stau bewältigen müssen auf dem Weg zur Arbeit. Den Seitenstreifen sahen wir als die Spur der „Nichtarbeitenden“ an, auf dem wir gemütlich und ohne Streß fahren konnten. Da die Möglichkeit bestand von Portobelo nach Panama mit dem Bus zu fahren, entschlossen wir uns, den Kanal zu überqueren auf der Brücke „El Centenario“, die 90 Jahre nach dem Bau des Kanals  errichtet worden war. Wir umfuhren die Hauptstadt auf der nördlichen Seite. Außerdem führte die Straße durch ein wunderschönes Urwaldgebiet. Leider dauerte der Genuß nicht lange.

Foto 7: Autobahn? Wenn doch alle so wären!

An einem Tag fuhren wir vom Atlantik zum Pazifik, was Balboa und seine Mannen im XVI Jahrhundert 80 Tage gekostet hatte. Später besuchten wir die Hauptstadt, die Manhattan sehr ähnlich ist mit ihrer „Skyline“. Die Altstadt ist vollkommen untergegangen zwischen den Wolkenkratzern. Der Kanal ist der Nationalstolz. Der Bau Anfang des XX. Jahrhunderts war eine gigantische Arbeit.
Costa Rica scheint das Land des Naturschutzes und der Nachhaltigkeit zu sein, während Panama Architektur und Technik bedeutet. Eine soziale Folge dieser modernen Bauwut ist sicher der Schmelztiegel des Rassen im Land. Wir trafen einen Mann, den wir nach dem Weg fragten. Er erzählte, daß sein Vater Spanier und seine Mutter Jamaikanerin gewesen waren. Sein Großvater war Pole und seine Großmutter Italienerin gewesen. Er fühlte sich voll und ganz Panamaer.

Foto 8: vorne: ein Schiff fährt durch die Schleuse.
          Mitte: zwei Schiffe fahren durch die zweite Schleuse.
          Hintergrund: die Brücke „El Centenario“, die wir überqueren.

Wir kommen in Portobelo an, an der karibischen Küste Panamas. Die Stadt führt ihren Namen zu Recht (bello-schön). Der Hafen liegt an einer geschlossenen Bucht, wo die Spanier vom XVI bis XVIII Jahrhundert mehr als 600 Galeone ankerte. Sie mußten den Hafen häufig gegen die heftigen Angriffe der Piraten verteidigen. Man sieht fast mehr Kanonen als Einwohner.

Foto 9: Kanonen in der Festung „San Jeronimo“. Im Hintergrund der königliche Zoll, der alles geraubte Gut kontrollierte.

Jetzt freuen wir uns auf neue Erlebnisse, die vielleicht wenig mit dem bisher erlebten zu tun haben werden.

13 comentarios:

  1. ¡Cómo disfruto leerlos! Hasta el incidente del gusanillo en el dedo de Eric me pareció toda una experiencia. ¡Cuidense mucho! Yanick

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    1. Y cómo disfrutamos nosotros al saber que disfrutas, Yanick! Un abrazo muy fuerte!!

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  2. Hola guapos ¿Cómo estáis? ¿donde? La familia estamos reunidos en casa de Ane, hemos comido aquí todos juntos y en este momento los aitonas están viendo el partido de pelota y los demás alrededor del ordenador contactando con vosotros. Sentimos mucho no poder conectarnos con Skype y ver vuestras caritas que echamos tanto de menos.
    Supongo que estaréis en las islas San Blas disfrutando como los ricachones, o sirviendo a los ricachones (esto es mejor por que asi os saldrá gratis el viaje ¿no?).
    Por correo te remitiré el email de Ane y te contare lo de tu txartela ¿ok?
    Besazos de todos. MMMMUUUUUAAAA
    Amatxu, Aita, Pepa, Jon, Ane, Aitona, Amona

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    1. Echamos en falta la comida y dulces de allá por Navidades, pero sobre todo vuestra compañía! Muxus danori!

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  3. Oso oso politte dana.
    Impresionante!
    Segi disfrutatzen ta urte amaiera ona euki bikote!
    Jokin

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  4. Un abrazo y un deseo enorme de felicidad y buenas sorpresas para 2015.

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    1. Aldo lo mismo para ustedes!! Qué bien se siente tener a gente como tu "cerca"! Cada vez más cerca de Argentina...

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  5. Erick y Garbi disfrutamos mucho leerlos, que malo que Erick paso por ese desagradable incidente como quiera les mandamos un caluroso abrazo y les deseamos sigan teniendo éxito en su aventura, ya se les extraña esperamos verlos pronto. Saludos Jorge Ávila

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    1. Gracias, Jorge! Lo peor del incidente de Erik fue que cruzó dos fronteras con un "sin papeles" en su cuerpo... Si se llega a dar cuenta la policía...

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    2. Jejeje si muy cierto, lo importante es que están con bien y que siguen disfrutando ese hermoso viaje, animo!!!!! Les mandamos muchos abrazos, suerte y fuerza para esas piernas 😃😃😃😃

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  6. Urte Berri On!!! mutikos. un placer el contactar con vosotros para saber como os va. Nos agrada ver que estaís perfectamente y que ya habeis llegado a Medellín - Colombia. Más vivencias y experiencias a ir amasando. Esto que estaís haciendo tiene un valor incalculable para ustedes y para nosotros. Os queremos. Vuestro aita. Inaxio Mari.

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