sábado, 29 de agosto de 2015

Los 7 lagos. No me extraña, con tanta lluvia, ¡hasta 12 podrían ser!

Las gotas de lluvia no paran de golpear el techo, pero por suerte, una vez más, nos encontramos cómodamente establecidos en una casita seca y caliente de San Carlos de Bariloche. Debido a este mal tiempo, en el que no podemos ni siquiera salir a conocer los sitios de interés locales, se nos ocurre aprovechar para escribir sobre nuestras últimas etapas.


Gotas de agua colgando de las ramas del árbol que crece enfrente de nuestras ventana

En la última entrada hablábamos de nuestro futuro paso de la cordillera y la Ruta de Los Siete Lagos. Pues bien, cargamos nuestras bicis y, en otro día lluvioso, retomamos carretera hacia el paso de Maluil Malal para realizar nuestro 9° cruce de Los Andes (sin contar el recorrido de Perú y Bolivia que hicimos a lo largo de toda la cordillera). 
Comenzamos a ascender por la retorcida ruta que cruza un precioso bosque patagónico, donde por fin conocemos las araucarias, árboles que dan nombre a esta IX Región chilena. El imponente volcán Lanín, con sus 3.768 metros de altitud, vigila nuestro progreso. Para nuestra sorpresa, aun pareciendo que se encuentra tan alejado, lo rodeamos por sus faldas completamente.
Una vez más, tenemos problemas técnicos (reventón de cámara) en lugares que quizá no son los más cómodos donde tenerlos, pero que, al menos en cuanto a vistas, no pueden ser mejores. Esto nos daría para realizar una sección temática de fotos denominada “Averías en lugares idílicos o cabrones”, según como se mire el vaso (próximamente).


Inflando la rueda averiada

Inmediatamente después de cruzar la frontera, pedaleamos por parajes que nos hacen recordar lo árido que es Argentina, pero pronto esta idea se nos borra de la cabeza. La Ruta de los Siete Lagos resulta un deleite para los sentidos, especialmente la vista. No sabemos si esto puede ser la puerta de entrada a la Patagonia y sus bosques o un pequeño oasis en la seca pampa.
Después de dejar atrás uno de los muchos pueblos ultra turísticos de la zona, San Martín de los Andes, pedaleamos entre lagos y lagunas, bosques, y muchos, muchos montes nevados. Por fin el clima nos acompaña y gozamos de dos jornadas idílicas, donde el sol brilla y el poco viento hace que los lagos parezcan espejos. 


Lago Correntoso y Garbi moviendo el bigotillo

Otro de los siete lagos y la sombra de Erik delatándolo

Empezamos a percatarnos de lo salvaje que comienza a ser el entorno, de lo fuerte que es la naturaleza en estas latitudes. Donde los cambios climáticos son repentinos, donde las lluvias son potentes, donde los ríos fluyen torrencialmente un día tras otro moviendo bárbaras masas de agua. Sin conocer el norte de este continente pero por las lecturas o vivencias de aquellos lares, el sur nos recuerda al norte. Los polos se atraen y acaban siendo similares. ¿Qué diferencia la Antártida del Ártico?



Martín pescador pescado por la cámara fotográfica
Eran unos ciervos a unas cornamentas pegados

Tras recorrer los 7 Lagos, llegamos a Villa La Angostura. Aquí, una vez más, descansamos cómodamente y nos animamos a conocer atracciones locales, como el bosque de arrayanes o el mirador de belvedere. Los arrayanes son unos árboles que pueden llegar a ser milenarios, al igual que las araucarias. Mientras los segundos son de la familia de las coníferas, los primeros nos recuerdan a las quinoas ecuatorianas, por tener un tronco que desprende su corteza.
Nos sorprenden las aguas cristalinas de los ríos, donde vemos truchas de seguramente más de 5 kilogramos deshovando, como en el río más corto del mundo, el Correntoso, que une los pantanos de Correntoso y Nahuel Huapi en sus menos de 100 metros de recorrido. También el turquesa de varios lagos nos llama la atención. Ana María, nuestra anfitriona en Villa, nos explica que se debe a las cenizas que se depositaron en el fondo después de la última erupción del volcán Puyehue hace unos años.


Villa la Angostura... y tan angosta...

Y ¡nos quejábamos de la lluvia!

También tratamos de disfrutar las vistas desde el mirador de Belvedere, pero nada que ver, nunca mejor dicho. La niebla hace acto de presencia cuando estamos justo por llegar al lugar, y después de habérnoslas visto canutas para subir por el frío y la nieve, nos tenemos que dar media vuelta sin haber apreciado nada más allá del bosque por el que pedaleamos.
Por cierto, para calmar el interés de Selina, tras más de dos meses de decisión, dos días de trabajo y la inestimable ayuda de Ana María, por fin acabo mi (primer) gorro ciclista! Según Garbi es ciclista-detectivesco, pero bueno,  lo he confeccionado con una bufanda que nos encontramos, así que, no nos vamos a poner quisquillosos ahora.


Atención al corte y confección de la bixera y no al corte de pelo de Garbi

Nos damos cuenta en el viaje que somos ricos, afortunados, millonarios. Ricos en tiempo, el más preciado objeto de este mundo. Nos reímos de los adinerados que ostentan sus fortunas y no tienen tiempo de disfrutarlas. Este hecho nos regala multitud de cosas. Ahora mismo se me ocurren los siguientes ejemplos:
·         Estamos en una parada de bus, (nuestras queridas paradas de bus) mojados hasta el alma, con frío y una persona que pasa por aquí nos invita a un café a su casa. Sin dudarlo, posponemos nuestra llegada al destino del día y compartimos vivencias (él también ha pedaleado, ¡desde Alaska a Ushuaia!), relatos, anécdotas…
·         Caminamos hasta la entrada a un parque nacional donde nos han dicho que no tendremos que pagar entrada. Al llegar, el guardaparques nos dice que no es así y que el acceso tiene un precio. Nos quedamos charlando con él, de nuestro viaje, sus viajes, su afición a la bicicleta… Tras media hora, nos invita a entrar gratuitamente al lugar.
·         Estamos en Roatán, Honduras, queremos salir de la isla tras 20 días de disfrute con Natalia. Las opciones para hacerlo son en avión o en ferry. Conversamos con navieras que trasportan cargas al continente, nos permiten viajar con ellos. El viaje de 2 horas del ferry, lo haremos en 3 días y llegaremos a un destino diferente. Conocemos la vida de los marineros, sus trabajos, sus rutinas, compartimos camarote con ellos. Además llegamos a una región muy aislada, la Mosquitia, donde muchos de sus habitantes nunca han visto a cicloviajeros.
·         Tenemos una ruta en mente, algún local nos recomienda conocer un punto que no está en nuestra ruta, la modificamos.

Como nos dijo Juan Sisto (Fisterra Photography), una de las cosas más bonitas de este viaje es abrir un mapa frente a nosotros y sentirnos tan libres de poder dibujar la ruta que nos apetece seguir. Sin que nadie nos imponga nada, sin que ningún horario nos apremie. De hecho es justo lo contrario, como necesitamos “perder” tiempo para que la meteorología mejore en el sur, se nos ocurre un nuevo plan.

La ruta realizada hasta ahora en naranja y la que tomaremos en un futuro próximo

En lugar de volvernos a Villa La Angostura para cruzar de nuevo a Chile y seguir hacia Puerto Montt para comenzar con la Carretera Austral, decidimos seguir hacia el sur por Argentina, donde conoceremos el Bolsón, cruzaremos a Chile por Futaleufú y su P.N. Los Alerces. Desde allí llegaremos a nuestra soñada Carretera Austral, pero en lugar de rumbo sur como todo nuestro viaje, la agarraremos hacia el norte. Esto es para no perdernos otro de los místicos destinos turísticos: Chiloé. Al llegar a Puerto Montt tomaremos dirección a esta particular isla y tras recorrerla en toda su longitud, trasbordaremos de nuevo a Chaitén para seguir por la Austral, ahora sí, hacia el sur.

Pero esta será en las próximas entradas...

ENGLISH
The Seven Lakes
It is not surprising with so much rain, it could also be 12 lakes!

The rain falls incessantly on the roof. Fortunately, once again, we are dry and warm housed in San Carlos de Bariloche. Because of bad weather, we can't even  visit the local attractions, so we take the opportunity and talk about our last stages.

Photo 1: This tree with raindrops is outside our window.

In our last report we mention the renewed crossing of the Andes and the Route of the Seven Lakes. We loaded our bikes on a rainy day, how could it be otherwise. Our path leads towards the mountain pass Maluil Malal, our ninth crossing of the Andes (that does not include the trip in Peru and Bolivia, which led us along side the Cordillera).

The journey begins with an increase on a winding route that goes through a beautiful Patagonian forests. Here we get to know at last the Araucaria trees, which give the IX Region of Chile its name. The impressive volcanic Lamin with 3.768m height observe our journey. To our amazement, we drive around this volcano completely at its base, although it seems so distant to us.
Once again, we are experiencing technical problems (breakdown of the inner tire) in a place, which is perhaps not the most appropriate for the repair. But we console ourselves with the incredible views. We could make a photo section entitled "Breakdown in a beautiful or impossible landscape" according to the mood (done at the earliest opportunity).

Photo 2: inflating the tire.

Immediately after crossing the border we arrive in an area that makes  clear to us how sparse the Argentine landscape is sometimes. But quickly we change our minds. The Route of the seven lakes is a feast for the eyes. We do not know whether this landscape of Patagonia is the beginning or only a little oasis in the middle of nowhere.

After one of the many tourist places behind us, San Martín de los Andes, we continue between lakes, lagoons, forests and a large number of snowy mountains. Finally the weather is on our side and we can pass by the lakes that appear in the sun and  only a light wind  during two glorious days.

Photo 3: Lake Correntoso, Garbi while eating.

Photo 4: Another of the seven lakes and Erik's shadow.

We are aware of how wild and strong nature is here. The climate changes happen all of a sudden, the rains are strong, the rivers are raging and carry incredible amounts of water. The north of the American continent is not known to us, but what we have learned through books and reports reminds us of the south. The poles are similar. What is the difference between the Antarctica and the Arctic?

Photo 5: The Bird Martín Pescador.

Photo 6: Deer with large antlers.

After driving along the seven lakes , we come to Villa de Angostura. Here we rest and visit local sights, such as the Forest of Arranyanes and the Viewpoint of the Belvédère. The Arranyanes are trees that are up to 1,000 years old as well as the Arauncarias. The latter belong to the family of evergreen trees and remind us of the former Ecuadorian Quinoa, because Baumborke loses the bark.

The crystal clear waters of the rivers amazed us. We see spawning trout of certainly more than 5 kg in the shortest river in the world. The Correntoso is not even 100 meters long and connects the dams Correntoso and Nahuel Huapi. Even the turquoise color of various lakes amazed us. Ana María, our hostess in Villa La Angostura, tells us that the color is due to the ash, which landed at the bottom of lakes in a volcanic eruption of Puyuhue years ago.

Photo 7: Villa La Angostura.

Photo 8: And we complain because of the rain.

We try our luck at the Belvedere sight-seeing, but  there nothing to be done. The mist begins to envelop everything just as we reach the point. After our effort to get there in the cold and snow, we have to turn back.

By the way, to finally answer Selina's question: after two months of deliberation, two days of work and with the valuable help of Ana María I have finally completed my cyclists cap (the first). Garbi thinks it looks more like a biker-detective-cap, but, well, I have made it from a found scarf, so let's not  be more Catholic than the Pope.

Photo 9: The emphasis is on the cut and shape of the cap not on Garbis haircut.

We find that we are rich and lucky and millionaires. Rich in time, an important factor in our world. We laugh at the rich, who boast of their wealth and do not have time to enjoy it. We have time and receive sometimes quite unexpected gifts.

Here are some examples:

We are standing at a bus stop, soaked to the skin and shivering. A man who passes, invites us for a cup of coffee to his home. Without thinking, we interrupt our journey and share with our host experiences and anecdotes (he's from Alaska to Ushuaia cycled).

We go a National Park. We had assured that the entrance was free. But when we arrive the manager tells us that admission had to be paid. We talk with him about our trip, his travels, his interest in cycling, etc. After half an hour, he invites us to visit the park free.

In Honduras, Roatan, where we spent 20 days with Natalia, we wanted to continue traveling by boat and not by air. We talked with sailors, who bring the loads to the mainland. They invited us to go with them. The ferry ride had lasted two hours and we needed three days and arrived at a more distant location. In the meantime, we got to know the lives of seamen, their work, their routine. We shared the bunk with them. In addition, we reached a remote region, La Mosquitia, where many of the inhabitants have never seen cyclists.

We change our route when a local tells us of an interesting place.
Juan Sisto (Fisterrra photograph) says the best thing about the journey is that you sit in front of a map and are free to make a choice of which route you want to take. No one can try to convince you, it is done without any time pressure. For us it is so, we have to wait before we can continue towards the south, because we still have winter.

Photo 10: The distance covered in orange and what we now plan  in yellow.

Rather than drive back to Villa La Angostura, to return to Chile and then to take from Puerto Monti the Austral road, we decide to drive to the south in Argentina where we visit Bolsón. From there we go to Chile in Futaleufú and P.N. Los Alerces. From there we reach the Austral road, but instead to the south, we drive to the north. So we do not miss an important tourist destination: Chiloé. In Puerto Monti we head towards the island and cross it in all its length, take the boat to Chaltén to then finally go on the Austral road to the south.



DEUTSCH

Die sieben Seen
Es ist nicht erstaunlich bei so viel Regen, es könnten auch 12 Seen sein!

Der Regen fällt unaufhörlich auf das Dach. Zum Glück, wieder einmal, sind wir trocken und warm untergebracht in San Carlos de Bariloches. Wegen des schlechten Wetters, das es nicht einmal erlaubt, die örtlichen Sehenswürdigkeiten zu besuchen, nehmen wir die Gelegenheit wahr und berichten von unseren letzten Etappen.

Foto 1: Dieser Baum mit Regentropfen steht vor unserem Fenster.

In unserem letzten Bericht erwähnen wir die erneute Überquerung der Anden sowie die Route der sieben Seen. Wir beladen also unsere Fahrräder an einem regnerischen Tag, wie sollte es auch anders sein. Unser Weg führt in Richtung des Bergpasses Maluil Malal, unsere neunte Überquerung der Anden (das schließt nicht die Reise in Peru und Bolivien ein, die uns an der Cordillera entlang führte).
Die Reise beginnt mit einem Anstieg auf einer kurvenreichen Route, die durch einem wunderschönen patagonischen Wald geht. Hier lernen wir endlich die Araucaria Bäume kennen, die der IX Region Chiles ihren Namen gibt. Der beeindruckende Vulkan Lamín mit 3.768m Höhe beobachtet unsere Fahrt. Zu unserer Verwunderung umfahren wir diesen Vulkan vollkommen an seiner Basis, obwohl er uns so weit entfernt scheint.
Wiedereinmal haben wir technische Probleme (Panne des Innenreifens) an einem Ort, der vielleicht nicht der geeignetste ist für die Reparatur. Doch wir trösten uns mit der unglaublichen Aussicht. Wir könnten eine Fotosektion  machen mit dem Titel:“Pannen in wunderschöner oder unmöglicher Landschaft“ je nach Stimmung (geschieht bei nächster Gelegenheit).

Foto 2: Aufpumpen des Reifens.

Gleich nach der Überquerung der Grenze kommen wir in eine Gegend, die uns klar macht wie karg die argentinische Landschaft manchmal ist. Aber schnell ändern wir unsere Meinung. Die Route der sieben Seen ist eine Augenweide. Wir wissen nicht, ob diese Landschaft der Beginn Patagoniens ist oder nur eine kleine Oase in der Pampa.
Nachdem einer der vielen touristischen Orte hinter uns liegt, San Martín de los Andes, fahren wir weiter zwischen Seen, Lagunen, Wäldern und einer großen Anzahl verschneiter Berge. Endlich macht das Wetter mit und wir können während zwei herrlicher Tage an den Seen vorbeifahren, die durch die Sonne und den nur leichten Wind wie Spiegel erscheinen.

Foto 3: See Correntoso, Garbi beim Essen.

Foto 4: Ein weiterer der sieben Seen und Eriks Schatten.

Wir werden uns bewusst wie wild und stark die Natur hier ist. Die Klimawechsel geschehen ganz plötzlich, die Regenfälle sind stark, die Flüsse  sind reißend und führen unglaubliche Wassermengen. Der Norden des amerikanischen Kontinents ist uns nicht bekannt, aber was wir durch Bücher und Bericht erfahren haben erinnert uns an den Süden. Die Pole sind sich ähnlich. Welcher Unterschied besteht zwischen Antarktis und Arktis?

Foto 5: Der Vogel Martín Pescador.

Foto 6: Hirsche mit großen Geweihen.

Nach der Fahrt an den sieben Seen vorbei, kommen wir nach Villa de Angostura. Hier ruhen wir uns aus und besuchen örtliche Sehenwürdigkeiten, wie z. B. der Wald der Arranyanes und der Aussichtspunkt Belvedere. Die Arranyanes sind Bäume, die bis zu 1.000 Jahre alt werden genauso wie die Arauncarias. Letztere gehören zu der Familie der immergrünen Bäume, erstere erinnern uns an die ecuatorianischen Quinoas, denn  die Baumborke löst sich vom Stamm.
Das kristallklare Wasser der Flüsse erstaunt uns. Wir sehen laichende Forellen von sicher mehr als 5 kg Gewicht im kürzesten Fluss der Welt. Der Correntoso ist nicht einmal 100m lang und verbindet die Talsperren Correntoso und Nahuel Huapi. Auch das Türquis verschiedener Seen erstaunt uns. Ana María, unsere Gastgeberin in Villa La Angostura, erklärt uns, dass die Farbe auf die Asche zurückzuführen ist, die vor Jahren bei einem Vulkanausbruch des Puyuhue auf dem Grund der Seen landete.

Foto 7: Villa La Angostura.

Foto 8: Und wir beklagen uns wegen des Regens.

Wir versuchen unser Glück am Aussichtsort Belvedere, aber es ist nichts zu machen. Der Nebel beginnt alles einzuhüllen gerade als wir den Punkt erreichen. Nach der Anstrengung dorthin zu gelangen bei Kälte und Schnee, müssen wir unverrichteter Dinge umkehren.
Übrigens, um Selinas Fragen endlich zu beantworten:  nach zwei Monaten der Überlegung, zwei Tagen Arbeit und mit der wertvollen Hilfe Ana Marías habe ich endlich meine Radfahrermütze (meine erste) fertig gestellt. Garbi meint, es wäre eine Radfahrer-Detektiv-Mütze, aber, na ja, ich habe sie auf einem gefundenen Schal gemacht, also wollen wir mal nicht päpstlicher sein als der Papst.

Foto 9: Das Augenmerk ist auf den Schnitt und die Form der Mütze zu richten nicht auf Garbis Haarschnitt.

Wir finden, dass wir reich sind sowie Glückspilze und Millionäre. Reich an Zeit, ein wichtiger Faktor in unserer Welt. Wir lachen über die Reichen, die sich ihres Reichtums brüsten und keine Zeit finden, ihn zu genießen. Wir haben Zeit und bekommen dadurch ganz unverhoffte Geschenke.
Hier sind einige Beispiele:
Wir stehen an einer Bushaltestelle, nass bis auf die Haut und frierend. Ein Mann, der vorbeikommt, Lädt uns zu einer Tasse Kaffee zu sich nach Hause ein. Ohne zu überlegen, unterbrechen wir unsere Reise und tauschen mit unserem Gastgeber Erfahrungen und Anekdoten aus (er ist von Alaska bis Ushuaia mit dem Rad gefahren).
Wir laufen zu einem Nationalpark. Man hatte uns versichert, der Eintritt wäre frei. Aber bei unserer Ankunft erklärt uns der Verantwortliche, dass Eintritt zu zahlen wäre. Wir unterhalten uns mit ihm über unsere Reise, seine Reisen, sein Interesse am Rad fahren usw. Nach einer halben Stunde lädt er uns ein, den Park gratis zu besuchen.
In Honduras, Roatan, wo wir 20 Tage mit Natalia verbrachten, wollten wir per Schiff weiterreisen und nicht mit dem Flugzeug. Wir redeten mit Schiffern, die Lasten zum Festland bringen. Sie luden uns ein mit ihnen zu reisen. Die Fahrt mit der Fähre hätte zwei Stunden gedauert, wir brauchten drei Tage und kamen an einem entfernteren Ort an. In der Zwischenzeit lernten wir das Leben der Seeleute kennen, ihre Arbeiten, ihre Routine. Wir teilten die Koje mit ihnen. Außerdem erreichten wir eine entlegenen  Region, la Mosquitia, wo viele der Einwohner noch nie Radfahrer gesehen haben.
Wir ändern unsere Reiseroute wenn ein Einheimischer uns von einem interessanten Ort berichtet.
Juan Sisto (Fisterrra Photographie) sagt, das schönste an so einer Reise ist, dass man vor einer Landkarte sitzt und frei seine Entscheidung treffen kann, welche Route man nehmen will. Niemand kann einem reinreden, es geschieht ohne Zeitdruck. Bei uns ist es so, wir müssen noch warten, ehe wir weiter in Richtung Süden fahren können, denn wir haben noch Winter.

Foto 10: Die zurückgelegte Strecke in orange und was wir jetzt vorhaben in gelb.


Anstatt nach Villa La Angostura zurückzufahren, um wieder nach Chile zu gelangen und dann von Puerto Monti aus die Australstraße zu nehmen, entscheiden wir uns in Richtung Süden zu fahren in Argentinien wo wir Bolsón besuchen. Von dort fahren wir nach Chile in Futaleufú und P.N. Los Alerces. Von dort aus erreichen wir die Australstraße, aber anstatt nach Süden, fahren wir nach Norden. So missen wir ein wichtiges touristisches Ziel nicht: Chiloé. In Puerto Monti fahren wir in Richtung dieser Insel und überqueren sie in ihrer ganzen Länge, fahren mit dem Schiff nach Chaltén, um dann tatsächlich auf der Australstraße nach Süden zu fahren.

7 comentarios:

  1. Cierro mi día leyendo esta magnífica reseña, soñando con cada paisaje, añorando la temperatura, pero sobre todo envidiando el gorro detectivesco, les mando un abrazo fuerte, muchos besos, se les quiere, sigan disfrutando la pura vida

    Ale

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    1. En cuanto pueda te hago una con el logo de Candy para que te lo pongas cada vez que te toque estar detrás del mostrador. Besos enormes

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  2. ¡¡¡¡Qué bien!!! De nuevo disfrutando de vuestras experiencias: con los días intempestivos, con los días de buen tiempo, que os compensan por los otros, con esos paisajes maravillosos que parecen fotos de calendario, con pena por no poder disfrutar de las vistas desde el mirador de Belbedere, después del grandísimo esfuerzo que debisteis hacer para llegar hasta allí con semejante condiciones climatológicas. Eso sí, con las orejitas calientes con ese fantástico gorro ciclista-detectivesco realizado por manos expertas y con materiales adquiridos en una de las mejores pañerías.
    Bueno, dejando un poco el cachondeo, me alegro mucho que sigáis disfrutando de vuestro periplo por esas tierras maravillosas (que viéndoos a vosotros nos dan tantas ganas de conocer).
    He visto en Facebook la entrada del amigo que os encontrasteis en el cruce hacia Lumaco y el bonito comentario de Arnaldo (¡¡¡tan cariñoso!!!).
    Para daros un poquito de envidia os diré que el aita y yo hemos disfrutado de un maravilloso fin de semana en Zarautz con un tiempo maravilloso y muuuuchos baños con unas olas gigantescas.
    Besitos para los dos. ¡¡¡¡¡DISFRUTEN!!!!!

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    1. Debe de estar impresionante la costa cantábrica ahora. Si estáis pensando en venir para la Patagonia os lo super recomendamos. Aunque esta no sea la temporada top-top (como dicen algunos chilenos) está muy bueno recorrerlo ahora, probablemente mejor que en temporada alta, porque todos los picos que rodean nuestros caminos están nevados y los parque están vacíos de turistas. Muxus, ama

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  3. Kaixo bikote. Las fotografías preciosas!! todas! pero como lo relatáis....solamente con cerrar los ojos lo ves, lo hueles y hasta puedes oír al martín pescador. me dais mucha, mucha pero que mucha envidia, Josu y yo hacemos lo que podemos pero con nuestra edad.......bueno como espero comprar el libro que escribáis, en nuestra próxima vida ya tenemos bastante trabajo adelantado ja,ja,ja.... Tenéis suerte con las buenas personas que os encontráis pero seguro que vosotros también les dejáis algo, sobre todo buenas vibraciones. La bixera preciosa seguro que la guardareis como un tesoro (si no la perdéis) parece la del detective Sherlock Holmes pero mas bonita, alegre y combativa. Beno muxu bana ta ANIMOOOOOO.

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    1. Lo del libro, Aurora, haber si algún día llega a buen puerto... Nos hemos vuelto un poco baguetes en esos aspectos académicos-de escritorio.
      Coincidimos contigo en lo de la suerte por las buenas personas que nos encontramos. Creemos que la huella que han dejado otros ciclistas también es importante para la forma en que nos acogen a nosotros.
      Bueno, para cuando volvamos estamos haciendo una lista con encargos de bixeras, así que si quieres te apuntamos en ella ;-) Muxus

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  4. Ahh se me olvido deciros que aparte del libro tambien necesitaremos el mapa de la foto, pero bien marcadito para no salirnos del camlno, todas las carreteras de colores....... Referente a la bixera si me asegurais que los ojos se me pondran de color miel tan bonitos como los de Garbińe pues me apuntais. Pero como seguro seguiran igual de normalitos pues no os voy a dar ese trabajo. Guardar paciencia para el libro.........Muxuak

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