domingo, 11 de octubre de 2015

Dejando la Austral

Lucy y su mamá observan con admiración la fotografía que les acabamos de regalar. En Cusco hicimos una selección de una decena de fotos para imprimirlas y poder mostrarlas a la gente interesada en los paisajes recorridos. Con el tiempo las hemos ido regalando con dedicatorias escritas en su reverso. También aprovechamos para dejar nuestros datos de contacto, deseando que la vida nos regale la oportunidad de volver a encontrarnos con la gente a la que se los dejamos.

Cuando llegamos ayer por la tarde a Puerto Río Guadal y nos dirigimos a la municipalidad para preguntar por la posibilidad de pasar lo noche en un quincho que, nos dijeron, tenían cerca de la playa que da al Lago General Carrera  (segundo reservorio de agua dulce más grande de Sudamérica, después del Titicaca), no esperábamos encontrarnos con tan amables anfitrionas. Lucy, que estaba consultando por otro asunto en el mismo lugar, nos invitó a quedarnos con ellas y así “hacíamos compañía a su madre”. Compartimos mates, cocinamos una rica pasta con fiambre para la cena y aprendimos mucho de la vida de estas ganaderas. Erik enseguida me comenta si he observado la tranquilidad que infunden estas gentes: días atrás, antes de llegar a Coyhaique, lo mismo sentimos con la familia Riffo-Gallardo, quienes igualmente nos abrieron las puertas de su finca para poder colocar nuestra carpa debajo de un techo y nos invitaron a tomar “once” con ellos. Como bastantes pobladores de la zona, se dan cuenta de la enorme cantidad de turistas que pasan en épocas estivales por estas carreteras y tienen el proyecto de hacer un camping para ellos.
Por suerte,  así lo sentimos nosotros, por lo menos, no hemos apenas intuido en qué peregrinación de ciclistas, mochileros y otro tipo de viajeros se puede convertir la Carretera Austral en verano. En algunos libros de visitas en los que ya consta también nuestro agradecimiento y dedicatoria hemos podido comprobar el flujo de visitantes en meses como enero o febrero: de 20 a 30 al día en un mismo warmshower.


Llegó la primavera con sus flores, abejas, sol...vida... Cerezo en flor en Los Antiguos, Argentina.

Mientras pedaleamos pensamos en lo diferente que debe de ser la experiencia de quienes hacen este viaje en otro momento del año: los prados están más verdes, hay ganado pastando en ellos (cuando en verano lo trasladan a las montañas) y los cerros se cubren de nieve, a veces, recién caída. Es cierto que las mañanas frescas nos hacen más difícil el inicio de la jornada… Y en relación a esto, queremos compartir aquí unos párrafos de lo que a lo mejor algún día llega a ser un libro sobre esta experiencia:
“Ya se adivinan siluetas dentro de la carpa. La oscuridad ha dado paso a una tenue claridad que pronto verá también los primeros rayos de sol. Estas primeras mañanas de primavera están siendo muy benévolas. La lluvia casi no hace acto de presencia y la vida en la intemperie se ha vuelto mucho más cómoda.
Desde que fallara la pantalla del segundo celular utilizado durante este viaje, no tenemos despertador y hemos tomado la decisión de depender más de la luz para determinar nuestras horas de sueño. Esto ha supuesto a veces, en Bolivia, por ejemplo, 13 o más horas de descanso diarias. Habría gente que se desesperaría por tener que pasar tanto tiempo dentro del saco. Nosotros lo hemos tomado con tranquilidad y como una oportunidad para dormir lo que en una ajetreada vida “normal” no podíamos ni probablemente podremos.
Pese a estar en una estación más calurosa, las latitudes que estamos pisando son frías durante casi todo el año. Erik se hace el remolón dentro de la calurosa pluma que nos cubre y yo me levanto con mucha energía. Es un momento que me gusta, en nuestra rutina: prender la cocina que, gracias a que ya no recorremos altitudes tan cercanas a las estrellas como en los países pasados, quema sin problema alguno, preparar un café y acto seguido la consabida avena, la cual ha ido cambiando de consistencia según épocas y apetencias. Le paso a Erik los cuencos sin apenas abrir el doble techo de la tienda de campaña. Alguna vez hace la broma de cantar gregoriano, cual monja de clausura y espetarme un agudo -gracias, hermana, Dios le bendiga-, recordando a las madres (de vida activa y pasiva) que en una ocasión nos acogieron en Andahuaylas, Perú.
Cuando también él se siente más enérgico comienza a plegar los sacos y esterillas en sus bolsas, recoger la tienda y ¡uuuuuuy! el momento más difícil de toda la jornada; cambiarse de ropa: esa ropa que ha pernoctado fuera, a la intemperie, apelmazada en una de las alforjas, que va a tocar nuestra atemperada piel y robarnos un grito de dolor. Atrás quedaron las calurosas mañanas de Centro América, en las que ni imaginábamos que íbamos a sufrir tanto por esta simple cuestión.”

Con todo, los más de 880 km. recorridos por la Carretera Austral no nos han decepcionado. Es cierto que hemos sentido el cansancio de sus moradores por las hordas de turistas que tienen que soportar por momentos en pueblos como Villa Santa Lucía, Chaitén o Puyuhuapi. Algunos nos explican su animadversión por los israelitas que llegan con una actitud altanera y poco respetuosa. Pensamos que esta idea se basará en parte en hechos ocurridos (como los dos incendios ocasionados por sendos israelitas en el Parque Nacional del Paine) y en parte también alimentada por el chisme y las habladurías… Habladurías o no, la distancia que muchas personas han puesto a una interacción con nosotros nos ha colocado en el grupo de estos visitantes no deseados; a lo mejor y es por la kipa que lleva Erik en la cabeza…
Pero volviendo a los kilómetros recorridos por la Austral, queremos que algunas imágenes hablen por si mismas:

Nos despedimos de las iglesias chilotas y seguimos hacia el sur.

Una vez más en ferry, regresamos al ya desmembrado continente. Barcos en la bahía de Quellón, con el Corcovado, de nuevo, al fondo.

Ya por la Austral, a veces nos sorprenden adoquinados!
El Ventisquero Colgante, tremendo glaciar sobre la ruta.

El Cerro Castillo a plena luz de la última luna llena

Garbi, visto lo visto, abandona el rumbo.

Tras un día duro de fuerte lluvia, ripio y la enesimocuatrogésima vez que se rompe la parrilla delantera de Erik, antes de llegar a Cochrane, y sabiendo que hasta el 1 de noviembre no será posible embarcarnos en alguno de los últimos ferrys de este hermoso recorrido para cruzar a El Chaltén, decidimos cambiar planes y aceptar que se hace camino al pedalear: deberemos dejar la Austral para entrar a la altura de Chile Chico a Argentina y avanzar hacia el sur disfrutando probablemente de mejores carreteras por la pampa.


El "desvío" fue mucho más duro de lo imaginado...

Pero también, mucho más bello de lo imaginado: rodeamos el lago General Carrera, dejando al fondo el campo de hielo San Valentín y el campo de Hielo Norte. Este día el horizonte fue completamente blanco!!

Esto nos permite hacer un alto en Los Antiguos, primera localidad argentina a nuestro paso, donde encontramos a una familia de warmshowers que además reciben voluntarios para trabajar en su chacra plantada con cerezos. Ahora que la actividad ciclista nos satura más rápidamente, este tipo de paradas estratégicas que nos permiten dedicarnos a otras actividades son de los mejores regalos que el viaje nos puede hacer: ayudamos en la apertura de canales, cortamos leña, azadamos la tierra, confeccionamos ladrillos y vasos con botellas de vidrio recicladas, cocinamos vegetariano así como vegano y nos dedicamos a un sinfín de trabajos más que permiten mover otra musculatura lentamente atrofiada en las horas sobre el velocípedo.


Los chopos o álamos en la chacra "La Pilarica" a la hora en que se despide el sol 

Los mismos chopos unas horas más tarde

En kayak por el Lago General Carrera que en Argentina toma el nombre de su capital con Benoit y Florie, voluntarios franceses

Amasando el barro para hacer la futura casa de Vicente (a la derecha) y Silvia (fotógrafa), nuestros anfitriones 

Pronto retomaremos el camino que resta hasta Ushuaia y contaremos qué nuevas vivencias nos ha proporcionado éste.
Estar en ruta no está reñido con el glamour.

ENGLISH

We leave the Austral Road
 
Lucy and her mother look with admiration at the photograph that we have given them. In Cusco, we selected a dozen of our photos and had them developed. So we can show these pictures to people who are interested in our trip. Every now and then we give away one or the other as a small gift with a dedication. This way we can also leave our address so that we hopefully see these people again in the future.
When we arrive in Puerto Rico Guadal in the afternoon, we ask at the town hall for the possibility of accommodation. They informed us that we could sleep in a shed in the vicinity of the beach of the General Carrera Lake, the second largest fresh water reservoir after Lake Titicaca in South America. We had not expected so much kindness. Lucy, who is at the site in her own affair, invites us to sleep with her and her mother and to make the latter company. We drink with them mate, cook pasta with sausage for supper and get to know many aspects of the life of these two cattle breeders. Erik asks me afterward if I had also noticed the calmness that radiates these people. A few days earlier, before reaching Coyhaique, we had the same feeling with the family Riffo-Gallardo, who received us on their farm so we could set up our tent under their roof and invited us for a drink. Many inhabitants of this region are aware of the numerous tourists and our hosts plan to build a camping site. We feel it is fortunate that we do not have to experience this avalanche of cyclists, hikers and other tourists. Some guest books in which we have written to appreciate the hospitality, we could see the great rush of daily visitors, 20-30 for the same host, especially during the months of January and February.

Photo 1: Spring has come with its flowers, bees, sun, life .... Cherry blossoms in Los Antiguos, Argentina.

As we sit on the bikes, we think about how much more different it must be yet to make this journey in another season. Now the meadows are green, the cattle can graze (in summer it goes into the mountains) and the mountain peaks are covered with recently fallen snow. Of course, the cold morning hours make it difficult to start the day. In connection with this we would like to write down some things that might be part of a book about our experiences.
"One can already make out shadows in the tent. The darkness slowly changes over to a weak light that heralds the imminent first sunbeams. These first mornings of spring are quite mild. It is hardly raining and the outdoor life is now much more convenient.
Since the image of our second cellphones stopped working, we have no alarm clock. So we decided to orient ourselves only by day and night. Thus we sometimes slept 13 hours, particularly in Bolivia. Sure there are people who would not stand to be so many hours in a sleeping bag. We have adapted and considered it an opportunity that has previously hardly been possible in our busy life and we will not have this chance in the future.
Although we are in a warmer season, the temperature throughout the year is usually quite cold on these heights. Erik does not want to part with his warm sleeping bag while I get up with a lot of energy. It is a moment that I love best in our daily routine: light the stove, which causes no difficulties at this level as  was the case at higher altitudes, prepare the coffee and then the porridge, which is not always the same thickness, but depending on our present taste. I give Erik the bowls through a small slit in the tent entrance. Sometimes he starts a Gregorian chant like, "Thank you sister, may God protect you." This reminds us of the nuns (active and contemplative), with whom we lived in Andahyaylas, Peru.
When he finally feels strong, he packs the sleeping bags and tent and then uuuuuy! comes the hardest moment of rising, we change the clothes with the ones that have been hanging over the night on the bicycle rack. They are cold and uncomfortable on our skin. We can’t help a cry of pain. The warm mornings in Central America are far behind. At that time we could not imagine, such sufferings. Nevertheless, the 800km Austral Street has not disappointed us. Of course we pity the locals because of the numerous tourists who pass, especially in Villa Santa Lucia, Chaitaén or Puyuhuapi. They told us of their aversion to the Israelis, who are quite disrespectful. We believe that this aversion is due to events such as the two fires in the National Park del Paine caused by Israelis, but also by rumors and slander. Rumors or not, we have experienced the negative attitude of many people towards us. Perhaps it is because Erik carries such an incredible hat!?”
But let's get back to the Austral Road:

Photo 2: We leave the chilotischen churches behind us and continue towards the south.
Photo 3: Once again, we cross by ferry from the island to the mainland on this furrowed by water continent. Ships in the Bay of Quellón with the Corcovado in the background.
Photo 4: Sometimes we are surprised by the surface of the Austral Road.
Photo 5: An impressive glaciers on the road.
Photo 6: The Castillo mountain in the light of the last full moon.
Photo 7: It looks like Garbi loses direction.

After a rainy day, dirt road and the repeated brake down of the front luggage rack of Erik’s (how many times so far?) and before we reach Cochrane we decide to change our plan and accept that the road must sometimes be changed. We make this decision because there will be no possibility at the end of the Austral road in El Chaltén to cross over by ferry to the other side.  We leave the Austral road at the height of Chile Chico and drive across the border to Argentina. We drive further south through the pampa on hopefully better roads.
Photo: The change of direction was more difficult than expected.
Photo: But also much nicer than expected. We drive around the General Carrera Lake, the ice fields San Valentin and El Norte in the background. On this day the sky was totally white.
We hold at the first Argentine town Los Antiguos, where we find a "warm shower" family that hosts volunteers who work for board and lodging on their land planted with cherry trees. On this part of our journey, we get more quickly tired on the bicycles, so we appreciate other physical pursuits. We help in digging irrigation canals, chopping wood, digging up the earth,manufacturing bricks and glasses out of glass bottles, cook vegetarian and vegan, in short, we do a lot of different work with  disused muscles that we do not need while cycling.

Photo 8: The Poplars on the lake La-Pilarica at sunset.
Photo 9: The same poplars a few hours later.
Photo 10: In kayaks on the General Carrera Lake, in Argentina named after the capital, with Benoit and Florie.
Photo 11: We mix clay for the future house of Vincente (right) and Silvia (the photographer), our hosts.

Soon we will be back on the road to Ushuaia and will tell all about it.

Photo 12: Going on a journey doesn’t mean that "Glamour" is not justified.

DEUTSCH

Wir verlassen die Australstraße

Lucy und ihre Mutter sehen sich bewundernd das Foto an, dass wir ihnen geschenkt haben. In Cusco wählten wir ein Dutzend  unserer Fotos aus und ließen entwickeln. So können wir Personen diese Fotos zeigen wenn sie an unserer Reise interessiert sind. Ab und zu haben wir das eine oder andere Foto auch verschenkt mit einer Widmung. Auf diese Weise können wir auch unsere Anschrift hinterlassen, damit wir hoffentlich in der Zukunft diese Personen einmal wiedersehen.
Als wir am Nachmittag in Puerto Rico Guadal ankommen, fragen wir im Rathaus nach der Möglichkeit einer Unterkunft. Man informiert uns, dass wir in der Nähe des Strandes am General-Carrera-See, dem zweitgrößten Süßwasserstausee nach dem Titicacasee in Südamerika,  in einem Schuppen schlafen könnten. Soviel Freundlichkeit haben wir nicht erwartet. Lucy, die in eigener Angelegenheit am Ort ist, lädt uns ein, bei ihr und ihrer Mutter zu schlafen und letzterer Gesellschaft zu leisten. Wir trinken mit ihnen Mate, kochen Nudeln mit Wurst fürs Abendbrot und lernen viele Aspekte des Lebens dieser beiden Viehzüchterinnen kennen. Erik fragt mich hinterher, ob ich auch bemerkt hätte, welche Ruhe diese Leute ausstrahlen. Einige Tage vorher, ehe wir Coyhaique erreichten, hatten das gleiche Gefühl bei der Familie Riffo-Gallardo, die uns auch auf ihrem Bauernhof empfingen, damit wir unser Zelt unter ihrem Dach aufstellen konnten und uns zu einem Getränk einluden. Wie viele Bewohner dieser Region sind sie sich der zahlreichen Touristen bewusst und planen einen Campingplatz zu eröffnen. Wir empfinden es als Glück, dass wir diese Lawine von Radfahrern, Wanderern und andere Touristen nicht erleben müssen. In einigen Gästebüchern in denen auch wir uns für die Gastfreundschaft bedankt haben, können wir den großen  Ansturm von täglich 20-30 Besuchern beim selben Gastgeber sehen, besonders in den Monaten Januar und Februar.

Foto 1: Der Frühling ist gekommen mit seinen Blume, Bienen, Sonne, Leben …. Kirschblüten in Los Antiguos, Argentinien. 

Während wir auf den Rädern sitzen, denken wir darüber nach, wie anders es doch sein muss in einer anderen Jahreszeit diese Reise zu machen. Jetzt sind die Wiesen grüner, das Vieh kann grasen (im Sommer wechselt es in die Berge) und die Bergspitzen sind mit frischgefallenem Schnee bedeckt. Natürlich erschweren die kalten Morgenstunden den Beginn des Tages. In Verbindung damit möchten wir hier einige Dinge aufschreiben, die vielleicht Teil eines Buches über unsere Erlebnisse sein werden.
„Man kann schon Schatten im Zelt ausmachen. Die Dunkelheit wechselt langsam über zu einem schwachen Licht, das die baldigen ersten Sonnenstrahlen ankündigt. Diese ersten Morgen des Frühlings sind recht mild. Es regnet kaum und das Leben im Freien ist jetzt bedeutend bequemer.
Seit das Bild unseres zweiten Handys nicht mehr funktioniert, haben wir keinen Wecker. So haben wir uns entschieden, uns nur noch nach Tag und Nacht zu orientieren. Dadurch haben wir manchmal 13 Stunden geschlafen, besonders in Bolivien. Sicher gibt es Personen, die es nicht aushalten würden, so viele Stunden im Schlafsack zu liegen. Wir haben uns angepasst und es als eine Gelegenheit angesehen, die uns vorher unser bewegtes Leben kaum geboten hat und die wir sicher in der Zukunft auch nicht haben werden.
Obwohl wir in einer wärmeren Jahreszeit sind, ist die Temperatur auf diesen Höhen das ganze Jahr über recht kalt. Erik will sich morgens nicht von seinem warmen Schlafsack trennen, während ich mit viel Energie aufstehe. Es ist ein Moment, den ich liebe in unserer täglichen Routine: den Kocher anzünden, der in dieser Höhe keine Schwierigkeiten bereitet so wie es in höheren Lagen der Fall war, den Kaffee kochen und danach den Haferbrei, der nicht immer gleich dick ist, sondern je nach unserem augenblicklichen Geschmack. Ich gebe Erik die Schüsseln durch einen kleinen Schlitz im Zelteingang. Manchmal beginnt er einen gregorianisch ähnlichen Gesang:“ Danke Schwester, möge Gott Euch beschützen“. Das erinnert uns an die Nonnen (aktiv und kontemplativ), bei denen wir in Andahyaylas, Peru, wohnten.
Wenn er sich schließlich kräftiger fühl, nimmt er Schlafsäcke und Zelt zusammen und dann uuuuuy! Kommt der schwerste Moment des Aufstehens, wir wechseln die Kleidung mit der, die die Nacht über der Fahrradstange gehangen hat. Sie ist kalt und unangenehm auf unserer Haut. Wir stoßen einen Schmerzensschrei aus. Die warmen Morgen Zentralamerikas liegen weit zurück. Damals konnten wir uns gar nicht ausdenken, einmal derart leiden zu müssen. Trotzdem haben uns die 800km Australstraße nicht enttäuscht. Natürlich haben wir mit den Einwohner Mitleid wegen der zahlreichen Touristen, die sie über sich ergehen lassen müssen, vor allen Dingen in Villa Santa Lucia, Chaitaén oder Puyuhuapi. Man hat uns erzählt von ihrer Abneigung gegen die Israelis, die recht respektlos sind. Wir glauben, dass diese Abneigung auf Ereignisse wie die beiden durch Israelis gelegten Feuer im Nationalpark del Paine zurückzuführen ist, aber auch durch Rumore und üble Nachrede. Rumore oder nicht, wir haben die abweisende Haltung vieler Personen uns gegenüber erfahren. Vielleicht liegt es daran, dass Erik eine so auffallende Mütze trägt!?“
Aber kommen wir zurück zur Australstraße:

Foto 2: Wir lassen die chilotischen Kirchen hinter uns und fahren weiter nach Süden.
Foto 3: Wieder einmal setzten wir über mit einer Fähre auf diesem von Wasser durchfurchten Kontinent. Schiffe im Bay von Quellón mit dem Corcovado im Hintergrund.
Foto 4: Manchmal erstaunt uns die Oberfläche der Australstraße.
Foto 5: Ein beeindruckender Gletscher an der Straße.
Foto 6: Der Berg Castillo im Licht des letzten Vollmonds.
Foto 7: So wie es aussieht, verliert Garbi die Richtung.

Nach einem regenreichen Tag, Schotterstraße und des wiederholten Bruchs der vorderen Gepäckstange  Eriks (zum wievielten Mal?), ehe wir Cochrane erreichen und mit der Gewissheit, vor dem 1. November keine Möglichkeit zu haben am Ende dieser grandiosen Australstraße mit der Fähre nach El Chaltén überzusetzen, entscheiden wir uns, unseren Plan zu ändern und zu akzeptiere, dass der Weg manchmal geändert werden muss. Wir verlassen die Australstraße auf der Höhe von Chile Chico und fahren über die Grenze nach Argentinien. Wir fahren durch die Pampa weiter nach Süden auf hoffentlich besseren Straßen.

Foto 8: Der Richtungswechsel war viel schwer als erwartet.
Foto 9: Aber auch viel schöner als erwartet. Wir umfahren den General-Carrera-See, im Hintergrund die Eisfelder San Valentin und El Norte. An diesem Tag war der Himmel total weiß.

Wir halten im ersten argentinischen Ort, Los Antiguos, wo wir eine Familie „warm shower“ finden, die Freiwillige beherbergt, die für Kost und Logie auf ihrem mit Kirschbäumen bepflanzten Land arbeiten. Auf dieser Etappe unserer Reise werden wir schnell müde auf dem Rad, so dass wir andere körperliche Beschäftigungen sehr schätzen. Wir helfen beim Graben von Bewässerungskanälen, hacken Holz, graben die Erde um, stellen Ziegelsteine her sowie Gläser aus Glasflaschen, kochen vegetarisch und vegan, kurz, wir machen eine Menge verschiedener Arbeiten, die unsere stillgelegte Muskulatur, die wir beim Radfahren nicht brauchen, wieder aufleben lässt.

Foto 10: Die Pappeln am La-Pilarica-See bei Sonnenuntergang.
Foto 11: Dieselben Pappeln einige Stunden später.
Foto 12: In Kajaks auf dem General-Carrera-See, der in Argentinien den Namen der Hauptstadt trägt, mit Benoit und Florie.
Foto 13: Wir mischen Ton für das zukünftige Haus von Vincente (rechts) und Silvia (die Fotografin), unsere Gastgeber.

Bald werden wir wieder auf dem Weg nach Ushuaia sein und werden davon erzählen.

Foto 14: Auf Reisen sein bedeutet nicht, dass „Glamour“ nicht auch seine Berechtigung hat.

8 comentarios:

  1. Muchos besos chicos, maravilloso saber de ustedes, ¿quién es el rockstar de la última foto? podría enamorarme (broma con todo respeto y cariño) me encanta leerles, verles contentos y disfrutando, ¡que siga la fiesta de la vida!, les quiero...

    Alejandrina

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    1. Alesitaaaaaaaaaaaaaaa!!!!! Qué bueno que sigas por ahí, hacía tiempo que no sabíamos de ti! Cómo van los preparativos de ese viaje/luna de miel a Euskadi en el 2016?? Cómo va la tienda? Y todo lo demás?? Nosotros también te queremos, y mucho! Estamos en contacto y nos vemos pronto!

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  2. ¡¡¡Hola chicos!!!

    Las fotos alucinantes, como siempre. Según contáis el camino ha sido duro pero, también como siempre, os compensan las vivencias que habéis tenido a lo largo del mismo y ese paisaje maravilloso que habéis tenido la suerte de recorres y disfrutar.

    Además os da para todo, ciclar, currar en la chacra, descansar, hacer deportes de agua, de todo.

    Y ese chico guapo de la última foto, "a pesar de" o "debido al" mostacho.

    Un besazo chiquitines, esperamos vuestras noticias...

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    1. Que dice Erik, que no es el único con mostacho, pero como no tenemos espejo, yo ni me entero... Jejeje. Ns vemos al ratito por Skype! Besotes!!

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  3. Erakunde baten SUPPORTS BEHAR INTERESA Do BAT zure mailegua.

    lopezangelina09@gmail.com

    Cash maileguak edozein pertsona ahal digu itzultzeko eskaintzen ditugu.

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                                                                      Eskerrik asko egun oso ona beharko duzu !!!!

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